¿Hasta qué punto es importante el cuerpo, nuestra particular cáscara mortal, en la vida de un individuo? Es la particular pregunta que se formulan tres de los títulos proyectados en la segunda jornada de la Muestra Syfy: Upgrade, Elizabeth Harvest y El año de la plaga.
Upgrade
Leigh Whannell, uno de los creadores de la saga Saw, ofrece en Upgrade, un notable thriller de ciencia-ficción con espíritu de la mejor serie B. Ambientada en un futuro más o menos cercano, la película nos muestra cómo un mecánico de coches tetrapléjico recupera la movilidad gracias a un extraño artilugio tecnológico diseñado por un genio de la electrónica. Su principal motivación desde ese momento será vengar la muerte de su esposa y de aquellos que le dejaron postrado en una silla de ruedas. Sin embargo, el curioso chip que le han implantado demostrará tener su propia personalidad. Whannell imprime al largometraje el necesario ritmo, coreografía con destreza las secuencias de acción e incluye los inevitables giros en una historia que podría considerarse una atípica variación de El extraño caso de Jekyll y Hyde. Sin ninguna duda, la cinta, protagonizada por un magnífico Logan Marshall-Green, será recordada como una de las mejores de la edición 2019 del certamen.
Elizabeth Harvest
Sebastián Gutiérrez, el autor de El beso de Judas y Rise: cazadora de sangre, realiza una curiosa versión con clones de Rebeca en Elizabeth Harvest. El comienzo remite claramente al clásico de Alfred Hitchcock: un hombre maduro llega a una mansión con su bella esposa. La joven será recibida por una enigmática ama de llaves y se le prohibirá acceder a ciertas zonas de la casa. Evidentemente, nada es lo que parece. No obstante, a pesar de un enigmático comienzo y una puesta en escena elegante, el filme pronto se malogra por los continuos giros y un tono de culebrón con elementos de ciencia-ficción que sumen al conjunto en el más profundo de los ridículos. Es una pena que el cineasta haya desperdiciado una buena idea por culpa de un tratamiento truculento que aspira a tragedia y se queda en un melodrama desaforado que no pueden salvar ni actores de la calidad de Ciarán Hinds o Carla Gugino.
El año de la plaga
Muchas han sido la versiones, plagios y homenajes que ha tenido La invasión de los ladrones de cuerpos a lo largo del cine, aunque quizá ninguna haya sido tan desafortunadacomo El año de la plaga. Basada en el libro homónimo de Marc Pastor, el trabajo de Carlos Martín Ferrera, firmante de la poco memorable Zulo, acusa una indefinición de tono. Comienza siendo una comedia para abrazar la ciencia-ficción y acabar siendo un extraño drama romántico. A todo ello se añade la falta de habilidad del director para añadir algo de nervio a la historia y un acabado visual poco distinguido. El resultado es un producto fallido que no funciona ni como mero entretenimiento.