Puntuación:
El Rey León de Jon Favreau es un soberbio ejercicio visual e hiperrealista, con unos efectos especiales increíbles, un CGI difícil de igualar y un nivel de entretenimiento y diversión a la altura de la propuesta, pero en ese conservadurismo, en ese camino fiable y seguro hacia la diversión pierde buena parte de la magia y la esencia de Disney
Si, finalmente llego a esa conclusión, a la pregunta «¿Era necesario un remake (casi copia exacta) de una joya animada como el Rey León?», mi respuesta, tras unas horas de reposo domiciliario, es si y no. Me explico:
Esta versión en carne y hueso, bueno más que carne y hueso diría maravilloso CGI el que luce este espectáculo visual sin precedentes, resulta una experiencia satisfactoria en cuanto abusa sin rubor alguno de la nostalgia de los presentes deseosos de volver a disfrutar de esta aventura de Disney y del trío de maravillosos personajes que forman Simba junto a sus amigos Timón y Pumba. Así como también podrá seducir a todos y todas los y las espectadoras que aún no conozcan este clásico de la factoría del ratón Mickey.
La magia, pese a perder buena parte de su esencia, todavía sigue presente y la película se disfruta, se canta y hasta se goza, sin más.
El lado negativo llega desgraciadamente cuando se compara con el clásico de Disney y uno vuelve a hacerse la maldita pregunta sobre la necesidad de copiar hasta ese punto lo que, aún hoy en día, sigue maravillando a las nuevas generaciones.
En este punto es cuando nos damos cuenta del poco riesgo corrido por su director, un Jon Favreau acomodado en una posición privilegiada que osa, cual orfebre cinematográfico, a dar pequeños retoques a una obra mayúscula y casi perfecta, retoques que finalmente no pueden conseguir otra cosa que empeorar al original.
Y no es que este Rey León de 2019 sea mala película, que no lo es, sino que la obra original es tan sublime que toda copia estaba condenada a no alcanzar su magnificiencia, aunque podamos valorar positiva o negativamente la idoneidad del intento.
El Rey León de Jon Favreau es un soberbio ejercicio visual e hiperrealista, con unos efectos especiales increíbles, un CGI difícil de igualar (increíble el personaje de Pumba) y un nivel de entretenimiento y diversión a la altura de la propuesta, pero en ese conservadurismo, en ese camino fiable y seguro hacia la diversión pierde buena parte de la magia y la esencia de Disney y las dosis de emotividad que el clásico de 1994 si supo imprimir en cada uno de sus fotogramas.
Mi Opinion…. Si, vale la pena haber visto o el que hayan realizado un Remake de una Joya Clasica de Lion King… por el contrario de otros Titulos que terminan destruyendo Clasicos de la Pantalla, por ejemplo El Pajaro Loco, eso fue un Vulgareo lo que realizaron de un clasico de Walter Lang, destruyreron el titulo… en cambio esta version es la copia fiel y mejorada visualmente que nos hace un rebobinado de imagenes hacia aquellos dias que disfrutabamos la caricatura de Lion King… y asi hay muchos titulos de Clasicos que uno espera lo mejor de ellos ya que lo vivimos en años anteriores y terminan realizando una Caca con los titulos, imagino que el Titulo de Sonic igual lo van a terminar jodiendo, esperemos que no….. es mi opinion valio la pena este Remake de Lion King, lo disfrute nuevamuente, sin el temor de QUE PASARA CON TAL ESCENA; LA HABRAN CAMBIADO?, y no, solo la mejoraron Visualmente, mis felicitaciones….. Saludos
Estoy de acuerdo en parte, sigo con mis sentimientos divididos entre la necesidad o no de estos remake-copias de clásicos de este calibre. Un abrazo