Puntuación:
Notable thriller de venganzas con un magistral Luis Tosar que se convierte en el mejor trabajo hasta la fecha del director Paco Plaza.
El valenciano Paco Plaza ha desarrollado una carrera cinematográfica donde se mezcla el terror con unas abundantes dosis de comedia. Quizá sorprenda por esa razón que se haya decantando por el cine negro en Quien a hierro mata. También desconcierta que lo haya hecho con un guion ajeno donde él no ha intervenido directamente.

Gran parte del mérito de este filme recae, no obstante, en el sólido guion de Jorge Guericoechevarría, colaborador habitual de Álex de la Iglesia y Daniel Monzón, y Juan Galiñanes, experto cortometrajista. Ambos han escrito un thriller que se acerca más al espíritu del viejo cine negro que a los espectáculos de acción tan habituales hoy en dia. Hay una preferencia por crear personajes lleno de turbiedad antes que proponer una trama de persecuciones y enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Todo ello para mostrar que el ojo por ojo solamente engendra más violencia y devastación.
Ambos escritores han tomado la sabia decisión de ambientar la historia en el sórdido mundo de la mafia gallego, dando un acertado toque local a una historia de sabor universal: la venganza que un enfermero trama contra un anciano narcotraficante al que culpa de la adicción de un hermano que murió años atrás.

Sin embargo, aunque gran parte del mérito de Quien a hierro mata resida en su guion, sería injusto no destacar el trabajo de Paco Plaza. El cineasta valenciano sabe imprimir fuerza a las imágenes y dirige con mano firme a un espléndido grupo de intérpretes. Luis Tosar consigue reflejar perfectamente el tormento interior de un personajes que busca revancha, mientras que Xan Cejudo personifica el mal hecho carne en el papel de viejo capo de la droga. No menos destacable es el trabajo de Enric Auquer e Ismael Martínez, que encarnan con una mezcla de patetismo y crueldad a los dos hijos del experto narcotraficante que se ve obligado en un asilo.
A pesar de encontrarnos ante un notable largometraje, Plaza patina al visualizar de manera burda y desafortunada algunos flashbacks innecesarios desde el punto de vista narrativo. Es el mayor reproche que se le puede hacer a la película, una de las mejores producciones españolas estrenadas en 2019.