Puntuación;
Protagonistas muy dispares, como suele hacer el director y guionista en sus películas, y también la utilización de las clases sociales y sus diferencias. En esta ocasión introduce un director de cine con las crisis existenciales y el propio ego del mismo como si fuera otro protagonista más.
Decir que la nueva película de Woody Allen no es buena, sería faltar a la verdad, divierte y se ve en todo el metraje la filmografía del mismo. Pero ¿sorprende? la respuesta es no, porque lleva implícito en su comedia mucho de lo que ya nos ha mostrado, no hay innovación en Día de lluvia en Nueva York de Woody Allen.
Guiños a otras películas, a su vida, a sus pasiones y por ello, uno no tiene la sensación de haber disfrutado con algo novedoso, al mismo tiempo que sutilmente utiliza el guion para responder a muchos sin decir exactamente nada, dejando, o no, a la libre interpretación partes del guion.
Gatsby y Ashleigh son una pareja de universitarios enamorados, ella tiene la oportunidad de entrevistar a un director consagrado a quien adora, Roland Pollard, el cual tiene una crisis creativa con su última película. La pareja viajará para que ella le entreviste en Nueva York, y así disfrutar también de un viaje de enamorados. Todo al final no sale como se planea y ella se ve envuelta en el círculo del director y el se reencuentra con la hermana de una de sus exnovias.
Protagonistas muy dispares, como suele hacer el director y guionista en sus películas, y también la utilización de las clases sociales y sus diferencias. En esta ocasión introduce un director de cine con las crisis existenciales y el propio ego del mismo como si fuera otro protagonista más.
Entre los dos personajes principales los que Timothée Chalame y Elle Fanning hay un mundo de personalidades enfrentadas la sobriedad y cultura de él, y la inocencia, o pura ingenuidad, y el histrionismo de ella, esos contrapuntos que se utiliza como balanza, pero que con el tiempo y el desenlace se verá como fluye esa pareja.
Algo falta en Día de lluvia en New York de Wooody Allen para que su conjunte falle, y es la previsibilidad de todo su guion, nada se sale de lo que se intuye, no hay giros que sorprendan en la trama, y lo que se podría haber considerado como una comedia de enredos se queda en una mera exhibición de egos de distintos sectores de la sociedad que el director va uniendo y reflejando poco a poco.