Puntuación:
Parásitos de Bong Joon-ho incide en todo momento en mezclar géneros, agradeciéndole al director que no se enclave en ninguno de ellos y nos haga que los 132 minutos de metraje se diluyan con gran ligereza, dejando un buen sabor visual, aunque el tema no sea todo lo agradable, pero no por ello dejar de lado, que la realidad está ahí fuera.
Puede que ser una gran distribuidora signifique tener la suficiente garra como para imponer una película en taquilla, pero ello no quiere decir que sea la mejor, por eso Parásitos de la mano de La Aventura Audiovisual no es uno de esos estrenos que uno espera que pase desapercibido y que sea conocido el gran trabajo de Bong Joon-ho, aunque no posean la fuerza de la publicidad como arma de reclamo, pero sí, la calidad del trabajo del director coreano.
El director coreano es un artista en retratar la sociedad en cuanto a supervivencia económica se refiere, aunque no lo haga de una manera directa. Lo realiza con una radiografía sarcástica e irónica, pero al mismo tiempo dura, de las distinciones de clases sociales y los estereotipos que cada una de ellas posee.
La familia Ki-teat está en el paro, vive en una casa situada en un sótano sin casi medios para sobrevivir. Ahora todos, padres e hijos se interesan por la familia Park, con una posición muy acomodada, creen que allí podrán encontrar trabajo. Primero el hijo logra entrar como profesor, después su hermano, y así sucesivamente hasta que los cuatro están ya dentro de esa casa, que cualquiera quisiera para vivir. Estar dentro ha resultado muy fácil para ellos por su ingenio, pero ¿cómo saldrán de la misma?
Una clase de imaginación al poder para salir adelante en un mundo donde prevalecen las apariencias y el querer tener por encima de todo. Una cinta donde se desarrolla la pillaresca y el cazador cazado por muchos ángulos, tanto emocionales como materiales. Momentos escalofriantes
Nos lleva de la risa al sobrecogimiento con una gran soltura, y sin dejar el hilo conductor que quiere y que es resaltar el poder del ingenio para estar en un sistema que impone el materialismo para ser alguien. Momentos escalofriantes que diseccionan a la persona con todas sus aristas, desde lo bueno a lo peor que posea su mente y sus actos.
El guion es casi una obra teatral, una actuación dentro de otra actuación, protagonistas que son personajes de una historia insertada dentro de otra, y que da un juego increíble para desarrollar una crítica al sistema y a la sociedad de hoy en día, la que necesita y la que tiene y no aprovecha por momentos.
Parásitos de Bong Joon-ho incide en todo momento en mezclar géneros, agradeciéndole al director que no se enclave en ninguno de ellos y nos haga que los 132 minutos de metraje se diluyan con gran ligereza, dejando un buen sabor visual, aunque el tema no sea todo lo agradable, pero no por ello dejar de lado, que la realidad está ahí fuera.
Parásitos de Bong Joon Ho logró la Palma de Oro del Festival de Cannes 2019, el mérito no es solo de un guion con unos giros y engranajes matizados a la perfección, si no que las actuaciones impregnan verdad a lo que cuenta, incluso sacando esos personajes a la realidad.