Puntuación:
Todd Haynes sigue siendo metódico en su dirección, en buscar con la cámara la mirada de los protagonistas, haciendo un balance entre lo emocional y lo cerebral, la primera parte es algo que lo ha manejado a la perfección en películas como Carol,
Parece que a Mark Ruffalo le van los casos reales últimamente, plasmar lo que ya ha ocurrido en pantalla, encarnar un papel que le de unas referencias, después de Spotlight ahora vuelve a una historia real en Aguas oscuras donde los protagonistas son las víctimas de Dupont y su querido teflón.
Aunque esté enclavado en un drama, por lo hechos que se narran, hay instantes que uno parece estar en un thriller, no excesivamente, pero sí lo necesario, para dar esa parte de intriga, de investigación, que es la parte principal de la trama, y de saber si todo saldrá bien o no.
Nathaniel Rich redacto el artículo por el cuál Dupont sería investigado por los resuidos tóxicos vertidos durante años, y que fueron los causantes de numerosas muertes.
Aguas oscuras narra la historia del abogado que decidió implicarse en el caso, ya que la persona que demandó era vecino de su abuela, y durante su infancia el mismo creció y corrió por esos prados y se bañó en esas aguas. Esas aguas que dan comienzo a la cinta, con el recuerdo de su adolescencia. Ahora el se enfrentará a una multinacional, que al mismo tiempo es cliente del despacho de abogados para el que trabaja. Una historia que debate al personaje principal entre la ética profesional y la conciencia.
Un tenaz abogado (Mark Ruffalo) descubre el oscuro secreto que conecta un número creciente de muertes y enfermedades con una de las corporaciones más grandes del mundo. En el proceso arriesga su futuro, su trabajo y hasta su propia familia para sacar a la luz la verdad
Mezclar la parte personal y laboral es algo que está bien llevado sobre todo en la mitad del metraje, donde el personaje protagonista tiene que enfrentarse a ver como su vida sigue cual autómata y el ritmo de su caso como abogado sube, pero en ese tiempo no se da cuenta si está perdiendo o ganando en ambos campos.
Todd Haynes sigue siendo metódico en su dirección, en buscar con la cámara la mirada de los protagonistas, haciendo un balance entre lo emocional y lo cerebral, la primera parte es algo que lo ha manejado a la perfección en películas como Carol, con la sobriedad de cada actuación, y aquí vuelve a darnos un trabajo solvente desde la sobriedad pero con la garra de una historia que desvela los engranajes del poder monetario incluso en los tribunales, esa parte la de las leyes y los juristas es la que se muestra más cerebral pero con toques personales.
No es la mejor interpretación de Mark Ruffalo, también es verdad que la caracterización le hace parecer encorsetado, rígido físicamente, pero puedo que eso refleje como se siente ante la situación, aun así personalmente no es lo que me destaque.
Y es más el siguiente trabajo del actor será The True American de la mano de Pablo Larrain, dentro del marco del 11 Sbasado en el libro de Anand Giridharadas, así que lo dicho, le van los casos reales. No sé vosotros pero una servidora después de ver Aguas oscuras le apetecía llegar a su casa y tirar todas las sartenes, entre otros utensilios, de la cocina.