Puntuación:
Floja mezcla de drama y comedia romántica con trasfondo musical que no acaba de triunfar en ninguno de los terrenos que transita.
Música y comedia romántica han sido dos de los ingredientes de la productora Working Title, responsable de títulos como Cuatro bodas y un funeral o Love Actually, entre muchos otros. Elementos que se vuelven a repetir en Personal Assistant, aunque sin los buenos resultados de los mejores largometrajes de la casa.

La película mezcla dos líneas argumentales: la particular y difícil convivencia entre una cantante madura en horas bajas y su asistente personal, que parece un remedo edulcorado de El diablo viste de Prada, y la relación entre la segunda y un músico joven que quiere abrirse camino en el mundo de la música, casi una variante de Begin Again.
Lástima que todo este bañado por un tono excesivamente edulcorado y amable que parece demasiado preocupado en no inquietar al espectador. Tampoco convence demasiado un guion de Flora Greeson que cae en numerosas reiteraciones y acude a una particular carambola final demasiado inverosímil.
Por su parte, Nisha Ganatra, responsable de Bodas por encargo y Late Night, es incapaz de inyectar algo de fuerza al drama y vivacidad a la comedia y desperdicia la oportunidad para abordar temas interesantes como la crueldad del mundo del espectáculo y sus particulares servidumbres.

No obstante, Personal Assistant no naufraga del todo por sus canciones, que remiten al mejor soul clásico, y la buena labor de sus intérpretes. Dakota Johnson logra inyectar entusiasmo a esa apasionada de la música que tiene que aguantar a una jefa un tanto insoportable, mientras que Tracee Ellis Ross da la talla como diva en declive y Kelvin Harrison Jr. aporta candidez a ese joven vocalista enamorado de su productora.