Puntuación:
Emocionante documental que nos desvela la relación de amistad entre su directora y un hombre con parálisis cerebral.
Muchas personas piensan que aquellos que sufren una parálisis cerebral son meros vegetales humanos. Las letras de Jordi, el documental de Maider Fernández Iriarte, demuestra que, a pesar de sus limitaciones de movilidad, pueden tener una rica vida interior a la que se accede haciendo un pequeño esfuerzo de comunicación.
Con una sencillez casi espartana, la cineasta vasca retrata a un hombre de 51 años con parálisis cerebral al que su profunda fe católica le da fuerzas para seguir viviendo. Lo hace especialmente a través de sus charlas con él, donde las letras escritas en un simple cartón son el único intermediario y enseñándonos la absoluta dicha que embarga a su protagonista cuando visita el santuario francés de Lourdes o disfruta de la compañía de sus familiares.
Por otra parte, el largometraje aboga por un acercamiento entre aquellos que estamos sanos y los que sufren este tipo de enfermedades. Ambas partes salen beneficiadas con la amistad y podemos descubrir a excelentes personas con ello.
Quizá el gran logro de esta pequeño documental sea que compartamos la intimidad de las conversaciones de la realizadora y su protagonista, y miremos con otros ojos a todos aquellos que son considerados dependientes.
No obstante, la imagen más bella de la película no contiene palabras: observamos a Jordi gritar de gozo bajando una ladera nevada con ayuda de un esquiador. Ya solamente por ese momento Las letras de Jordi justifica su existencia.