Puntuación:
Mezcla de drama y thriller que atesora una estupenda interpretación de Cecilia Roth.
El largometraje argentino Crímenes de familia pertenece a ese grupo de películas, como la estadounidense El regreso de Ben o la española Tu hijo, donde progenitores de familias burguesas tienen que admitir a regañadientes que uno de sus vástagos no es lo que parecía o con lo que habían soñado.

Basada en hechos reales, la cinta muestra cómo una madre hace todo lo posible para librar a su hijo, acusado de violar y maltratar a su mujer, de la cárcel. En paralelo, nos enseñan el drama de la asistenta de la protagonista, una mujer casi analfabeta que tuvo un bebé que cuida su jefa y esconde que espera otro hijo.
El director Sebastián Schindel, responsable de títulos poco conocidos en España como El patrón. Radiografía de un crimen y El hijo, mezcla con bastante acierto thriller judicial, suspense, drama y denuncia social en un filme que ofrece una estupenda interpretación de Cecilia Roth, encarnada de dar vida a esa madre madura que tiene que asumir que el hombre que salió de sus entrañas no es precisamente un angelito.

Sorprende como el realizador, también firmante del guion junto a Pablo del Teso, ha sabido mostrar la maternidad desde diferentes posturas y la violencia sexual sin acudir al subrayado en los diálogos. También plasma con acierto la fuerza de unas féminas que se enfrentan sin ayuda masculina a los problemas, aunque no siempre actúen de la forma más correcta. Por otra parte, refleja la realidad de la población indígena sumida en la marginación y sometida a todo tipo de abusos.
Quizá haya que reprocharle a Crímenes de familia que no tenga un envoltorio visual más atractivo y algún giro de guion se puede adivinar desde casi el comienzo, aunque todo ello no invalida una película con muchos puntos de interés.