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Adaptación de los cómics Marvel que navega entre el melodrama adolescente, la película de terror y la espectacularidad de los largometrajes de superhéroes.
El guionista Chris Claremont creó Los Nuevos Mutantes como una respuesta más joven a los X-Men, también conocida en España como La Patrulla X. Los miembros del grupo eran reclutados por el profesor Xavier para controlar sus poderes justamente en la pubertad, cuando comenzaban a manifestarse.
Josh Boone, el director de Bajo la misma estrella, ha cogido elementos de los primeros números de la serie de cómics publicados por la editorial Marvel en los años ochenta, especialmente los que se han denominado como Demon Bear Saga para crear junto a sus guionistas una extraña mezcla de drama adolescente, cinta de terror claustrofóbica y filme de superhéroes.
Quizá el gran problema sea que los diferentes elementos no acaban de funcionar como conjunto. Así nos encontramos a un grupo de chicos que se tendrán que enfrentar a sus peores temores mientras se encuentran en una institución que pretende que dominen sus particulares dones.
La acción, que transcurre fundamentalmente en interiores, recuerda al subgénero de películas sobre psiquiátricos e instituciones mentales, especialmente por una estética oscura y un cierto tono asfixiante. Por otra parte, los traumas de cada uno de los mutantes están apenas esbozados y la espectacularidad de los efectos visuales del desenlace parecen el precio a pagar por ser una adaptación del universo Marvel.
El resultado es una producto que quiere diferenciarse del resto de cintas de personajes con habilidades extraordinarias, pero acaba naufragando por cierta indecisión a la hora de saber qué es lo que realmente quiere ofrecer. Tampoco el reparto puede hacer demasiado con unos personajes que quieren ser profundos y atormentados, pero que el guion no se preocupa de dar una mínima consistencia.