Showgirls, la película dirigida por Paul Verhoeven, fue saludada de manera muy hostil por la crítica y el público en 1995, el año de su estreno. Un fracaso de taquilla y siete premios Razzie, los que se encargan de evaluar las peores películas del año, sepultaron el filme. El documental You Don’t Nomi, que se puede ver ya en Filmin, viene a reevaluar un tanto aquella cinta, que triunfó en el mercado doméstico y ha ido convirtiéndose en un clásico de culto con el tiempo.

El director Jeffrey McHale no pretende ensalzar de manera unívoca la película de Verhoeven. Quizá el espíritu de la cinta se resume en la denominación «obra maestra de mierda», que vendría a destacar los valores del largometraje, pero también su carácter imperfecto.
La peor parte se la lleva Joe Eszterhas, al que se acusa de elaborar un guion que es poco más que una burda versión de Eva al desnudo e incluir elementos que pueden ser considerados machistas y racistas.
Por el contrario, se valora el trabajo de Verhoeven como parte de una carrera interesada por el sexo y rica en un extraño humor. A la vez, se destaca la puesta en escena y las numerosas ideas visuales que van bastante más allá de la mera ilustración del guion.

También se exonera a Elizabeth Berkley, la protagonista de este particular historia sobre una mujer que acude a Las Vegas para convertirse en una estrella del striptease. Su actuación, a la que se acusó de histriónica y poco natural, se pone en valor dentro de lo que es un cuento claramente irreal.
No obstante, la película va más allá del mero making of retrospectivo y la revaloración crítica para adentrarse en su influencia en la cultura pop, donde ya es un clásico camp, venerado especialmente por el público gay, o la inspiración que ha servido para otros artistas que han utilizado la obra de Verhoeven como base de un musical o de un espectáculo trans.

Sin ninguna duda, You Don’t Nomi cumple con su función: demostrar que la película tiene valores que no se vieron en su fecha de estreno, aunque diste de ser un trabajo redondo.