Puntuación:
Entrentido blockbuster con mucha acción, suspense y sangre
Zack Snyder debutó en el largometraje con El amanecer de los muertos, particular reinterpretación de Zombi, el clásico de George A. Romero. El entonces joven cineasta, que había triunfado como realizador de videoclips musicales, logró una obra vibrante con una estética acorde a los gustos del público XXI e incluyendo una nueva modalidad de monstruo: el muerto viviente fuerte y rápido.
Más de tres lustros después, vuelve al subgénero con el que consiguió fama con Ejército de los muertos. Snyder ha ganado peso en la industria gracias a las adaptaciones de cómics como Watchmen, 300 o los superhéroes de la editorial DC. A la vez, ha ido forjando un particular estilo cinematográfico caracterizado por el uso indiscriminado del ralenti, una cierta grandilocuencia, una tendencia a la composición casi pictórica y la utilización indiscriminada de temas pop en sus bandas sonoras.
Su segunda incursión en el género de las películas de muertos viventes atenúa algo sus características como particular «autor vulgar». Nos encontramos así ante una singular mezcla de elementos de subgénero de atracos y las películas de zombis.
Curiosamente, a pesar de incluir las habituales secuencias espectaculares marca de la casa, el filme destaca precisamente en los momentos de suspense, especialmente en aquellos que transcurren en el casino de Las Vegas que tienen que robar en una ciudad repleta de monstruos con ganas de carne fresca. Por otra parte, se agradece el humor cuartelero entre los miembros del el equipo que se encarga de la particular hazaña, un aspecto que recuerda por momentos a los protagonistas de Aliens o al de algunas de las cintas del Michael Bay de los noventa.
Sin embargo, no estamos ante una obra perfecta, sino muy irregular. Sobresalen los estupendos momentos de acción y comedia, pero la película decae cuando intenta abordar el melodrama, especialmente en aquellas secuencias que muestran la difícil relación entre el jefe de la expedición encarnado por Dave Bautista y su hija, o trata temas sociales, como la inmigración.
De igual manera, Snyder vuelve a estirar en exceso la duración de su largometraje, al que sobra casi una hora de metraje, aunque este aspecto no sea óbice para que consiga su propósito: entretener con un espectáculo sangriento y palomitero en el que volvemos a encontrarnos a esos zombis rápidos y fuertes que ya hicieran su aparición en El amanecer de los muertos.
En resumen, El ejército de los muertos es un divertido blockbuster de acción y terror que se apreciará especialmente en pantalla grande, donde sus secuencias planificadas al detalle y los momentos gore lograrán causar más impresión en el público.