Puntuación:
Convencional mezcla de thriller y comedia en donde destacan los trabajos de unas estupendas Natalia de Molina y Miren Ibarguren.
Carlos Therón se ha convertido en uno de los directores más exitosos de la comedia española comercial, tanto en cine como en televisión. Su estilo se aleja del humor hispano más casposo y se acerca al género en su versión estadounidense, especialmente por su tendencia a incluir cómicos procedentes de la pequeña pantalla y dar al conjunto una empaque visual algo más distinguido que el de la típica sitcom. Ejemplo de ello son largometrajes taquilleros del calibre de Es por tu bien o Lo dejo cuando quiera, y series como Reyes de la noche o Mira lo que has hecho.
Operación Camarón es una comedia de acción que mezcla los elementos típicos del policíaco con gags y música reggaetón, una de las favoritas del público juvenil actual. Como ocurre en otras cintas españolas del género que han conquistado la taquilla en la piel de toro en los últimos años, nos encontramos ante el remake de una película foránea: Song ‘e Napule, película italiana dirigida Antonio y Marco Manetti estrenada en 2013.
Los guionistas Josep Gatell y Manuel Burque se han encargado de imprimir el necesario sabor local al argumento, incluyendo elementos típicamente andaluces y un contexto musical de acuerdo a los tiempos que corren, aunque respetando la trama principal: un pianista que ha entrado en el cuerpo de policía casi a la fuerza se ve obligado a infiltrarse en una banda que va a tocar en la boda de la hija de un famoso capo de la droga.
Como es habitual, Therón otorga al conjunto un empaque visual más que competente, aunque el conjunto no acaba de funcionar. El thriller no va más allá de lo trillado y previsible, mientras que la comedia solamente funciona en escasas ocasiones. No obstante, destacan los estupendos trabajos de Natalia de Molina, que encarna a una tierna choni, y Miren Ibarguren, divertida como agente embarazada con mal genio. Ambas logran imponerse al reparto masculino encabezado por unos poco entonados Julián López, en la piel del atolondrado protagonista, y Carlos Librado, como el líder del grupo de reggaetón.
El resultado es una película que no acaba de triunfar en ninguno de los géneros por los que transita.