Puntuación:
Seductora e imperfecta mezcla de historia de amor, thriller y ciencia-ficción con unos estupendos Hugh Jackman y Rebecca Ferguson.
¿Qué pasaría si mezclaramos en un mismo cóctel cinematográfico el mito de Orfeo, elementos del cine negro clásico, ingredientes propios de una distopía postapocalíptica y unas gotas de la estética de Blade Runner? El combinado se podría titular claramente Reminiscencia.
La guionista, productora y directora Lisa Joy, conocida por ser una de las responsables de la serie de televisión Westworld, nos ofrece un posmoderno pastiche donde se dan cita las historias de amor loco, el thriller y la creación de un bello mundo inundado, en el que se desarrollan las peripecias de un hombre que, gracias a un sofisticado dispositivo, recrea recuerdos de manera hiperrealista y una glamourosa cantante con mucho misterio de la que quedará prendado y desaparecerá misteriosamente.
Joy pretende ofrecer una película con elementos del viejo Hollywood con una cuidado formal que dote al conjunto de un barniz retrofuturista. Acierta especialmente en la elección de sus dos actores protagonistas; una estupenda Rebecca Ferguson, que recrea a la perfección a una femme fatale con ecos de la sensual Rita Hayworth de Gilda, y un no menos adecuado Hugh Jackman, encargado de dar vida a un tipo melancólico fascinado por su amada y capaz de hacer lo que sea por ella.
Sin embargo, a pesar de lo seductor de la propuesta, la realizadora patina en un guion repleto de diálogos un tanto afectados y un viaje a los particulares infiernos mafiosos que se demora más de la cuenta y resulta confuso por momentos. A todo ello hay que añadir un defecto habitual en el cine comercial actual: la tendencia a explicar en exceso la trama como si el público no fuera capaz de seguirla o captar sus particulares sutilidades.
En resumen, Reminiscencia es uno de esos largometrajes seductores que no acaban de cocinar del todo bien sus apetecibles ingredientes, aunque el resultado no sea del todo desdeñable. Con el tiempo, no obstante, puede que este filme se convierta en una película de culto que disipe un tanto el mal sabor de boca que ha dejado su estrepitoso fracaso comercial en Estados Unidos.