Puntuación:
Floja entrega de la saga iniciada por John Carpenter en 1978 que fracasa debido a un mal guion y un montaje realmente deficiente.
Michael Myers es, sin ninguna duda, uno de los personajes icónicos del cine de terror moderno. No obstante, las múltiples remakes, reboots y demás reimaginaciones han convertido esta saga, iniciada en 1978, en una de las más irregulares del séptimo arte. Halloween Kills demuestra que el personaje vive más del pasado que del futuro. Secuela de La noche de Halloween que era, a su vez, una segunda parte de la película original sin tener en cuenta sus numerosas continuaciones, el largometraje no parece tener demasiado qué es lo que quiere ofrecer. En este sentido, se distancia de su inmediata predecesora, que partía de un guion más o menos coherente.
La cinta se sitúa inmediatamente después del anterior, mostrándonos a Laurie Strode herida y a Mike Meyers campando a sus anchas por Haddonfield. Los vecinos de la localidad, dispuestos a que no vuelva a hacer una escabechina entre la población, se lanzan enfebrecidos a hacer justicia por su cuenta. Mientras, los supervivientes de sus fechorías se encuentran en el hospital de la ciudad.
El director David Gordon Green, firmante de la anterior cinta de la serie, ofrece un particular totum revolutum que tiene como base el guion que el mismo ha escrito junto a Danny McBride y Scott Teems. Los responsables del filme intentan ganarse a los fans de la saga incluyendo a algunos personajes secundarios de la cinta original de Carpenter, volviendo sin miramientos a ella cuando conviene y haciendo un guiño a Halloween 2 al desarrollar parcialmente la trama en el hospital.
Además, añaden algún toque de humor de brocha gorda, a costa de una pareja gay que sufrirá el acoso del mítico asesino, y deciden introducir una muy leve critica a la política de Trump a través de las hordas de vecinos armados hasta los dientes que quieren matar a Michael Myers. Esto último le sirve también al cineasta para homenajear a dos clásicos que abordaban el mismo tema: M, el vampiro de Düsseldorf y Furia, ambas firmadas por el gran Fritz Lang.
Por si fuera poco, el personaje de Laurie Strode, encarnada de nuevo por Jamie Lee Curtis, acaba teniendo un protagonismo un tanto secundario y el desenlace nos remite a una futura secuela que nos promete el enfrentamiento final entre la heroína y el monstruo. Al desbarajuste del conjunto se une uno de los peores montajes del año, que convierte algunos momentos en simplemente incomprensibles.
En resumen, Halloween Kills es una entrega un tanto desmayada de la franquicia que se limita a hilvanar de mala manera asesinatos más o menos gore.