La primera temporada de La unidad demostró la capacidad del director Dani de la Torre y el guionista Alberto Marini para crear un thriller de acción con una estética cuidada, que recordaba por momentos a algunas cintas de Ridley Scott y Paul Greengrass, con unos diálogos y unos protagonistas que dejaban patente su idiosincrasia hispánica. Así asistíamos a las peripecias de un grupo antiterrorista en su lucha por desarticular los ataques de grupos jihadistas.
La segunda tanda de episodios recoge todos los mejores elementos de su predecesora, aunque mejorando otros. Quizá la principal diferencia se encuentra en las mayores dosis de suspense que se han incluido. Ahora el objetivo son los miembros del equipo al que da nombre la serie. La muerte del primogenito de un rico potentado ismalista en una misión provocará que el padre ponga una sangrienta venganza contra aquellos que acabaron con la vida de su hijo.
Marini y su grupo de guionistas crean una trama donde el espectador se encuentra en muchas ocasiones con más información que los propios protagonistas, a los que les gustaría avisar para que salven la vida o que no resulten heridos, pero que evidentemente no puede. Por otra parte, logra que esos personajes no sean simplemente marionetas de la acción e interesen por sus problemas cotidianos.
Todo ello fluye en una película dirigida con un estupendo pulso narrativo y excelente gusto estético por Dani de la Torre y Oskar Santos. A todo ello hay que añadir la sobresaliente fotografía de José Inchaustegui, que da al conjunto una apariencia de moderna cinta de acción.
Al notable conjunto contribuye un atinado reparto, encabezado por Nathalie Poza, que encarna una jefa solamente en apariencia dura, y Michel Noher, como ese hombre que se debate entre el amor y sus obligaciones como padre y miembro del grupo antiterrorista. A ellos se suma un excelente grupo de actores de reparto, donde sobresale Carlos Blanco, entrañable como veterano componente del equipo.
Quizá el único reproche que se le pueda hacer a este notable entretenimiento sea que no desarrolle del todo bien las tramas relacionadas con la terrible situación de las mujeres casadas con terroristas islamistas. No obstante, este pequeño inconveniente no empaña una serie verdaderamente adictiva.