Puntuación:
Aburrida conclusión de la saga iniciada por John Carpenter en 1978 que fracasa por un guion flojo y lleno de pretensiones.
El cineasta John Carpenter seguro que no pensó nunca que una película de bajo presupuesto como La noche de Halloween (1978) se convertiría en una de las sagas más míticas del cine de terror de todos los tiempos. Sin embargo, ninguna de sus múltiples secuelas ha alcanzado la cima de aquel hito del séptimo arte.
El cineasta David Gordon Green se planteó continuar la historia de la niñera Laurie Strode y Michael Myers, un asesino enmascarado capaz de causar verdaderas carnicerías en el pueblo de Haddonfield. Nos presentó a una heroína ya mayor y neurótica que mantenía una relación difícil con su hija y nieta. La noche de Halloween (2018) seguía las enseñanzas de Carpenter en un slasher muy digno que, sin embargo, no superaba el original. El éxito de la entrega provocó la producción de dos secuelas, también dirigidas por Gordon Green: Halloween Kills, que repetía de mala manera los elementos de su precedente añadiendo una poco elaborada crítica a la América fascista presidida por Donald Trump, y esta Halloween: El final, que ha sido vendida como la conclusión de la alargadísima franquicia.
El filme se abre con una estupenda y tensa secuencia donde un joven ejerce de niñero y la noche termina con el desgraciado fallecimiento del niño al que tenía que proteger. Hay en ella todo lo mejor de la serie, aunque sea solo un espejismo dentro de una película que navega sin rumbo. La película propone la interesante huella que las matanzas de Michael Myers en la población de Haddonfiel a través de terribles sucesos ocurridos desde la última aparición del psicópata. Por otra parte, plantea la interesante pregunta sobre si los monstruos nacen, como el propio Myers, o se hacen, en el caso del joven que siempre llevará la carga de ser el culpable de la muerte del pequeño que cuidaba y al que el pueblo acusa de manera inmisericorde, provocando que el se convierta verdaderamente en un asesino.
Sin embargo, estas interesantes ideas se diluyen en una trama insulsa que se centra en la relación del inquietante chaval y la nieta de Stroude que la abuela no acaba de ver con buenos ojos y en la que cree ver la sombra de su archienemigo. Evidentemente, Myers formará equipo con su alma gemela para provocar el terror.
Halloween: El final hace gala de un guion muy flojo que no va a ninguna parte y parece un mero conjunto de ideas mal hiladas. Solamente el citado prólogo, algunas secuencias de asesinatos y la aparición de la siempre carismática Jamie Lee Curtis, encarnando a la particular némesis de Myers, aportan algo de emoción a este aburrido e indigno epílogo de una serie de filmes que nunca estuvo a la altura de su magistral obra fundacional.