Puntuación:
El actor Michael B. Jordan dirige una buena entrega de la serie, aunque el filme contenga demasiados elementos ya vistos y sea un tanto previsible.
El lema de gran parte de las sagas cinematogrñaficas podría ser: «Que algo cambie para que todo siga igual». El ejemplo más claro es la franquicia Rocky y su particular secuela, Creed. La tercera entrega de esta última rompe con ciertos lazos hilos con la serie madre, especialmente la ausencia de Rocky Balboa, aunque manteniendo los ingredientes principales: elementos propios de la película pugilística y el melodrama, especialmente los relativos a las relaciones familiares y la muerte de algún personaje secundario. A todo hay que añadir el elemento revanchista, tan querido por estas dos tandas de largometrajes.
Creed III no se aleja demasiado de la estructura de Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985), aunque añade un elemento tan sobado como eficaz: la historia de un amigo del personaje principal proveniente de su pasado decidido a cobrarse de una u otra manera la deuda que éste contrajo con él en tiempo pretérito. En este caso, un antiguo amigo de adolescencia que asumió toda la culpa de un delito en el que ambos fueron los responsables. El resultado fue que su carrera como boxeador quedó aparcada. Ahora decide retomar su profesión chantejando sentimentalmente a su amigo.
El actor Michael B. Jordan, encargado de dar vida al personaje principal, asume en esta ocasión las labores de dirección. El resultado es una película que cumple como más que digno eslabón de la serie, mejorando si cabe las dos entregas previas. Se nota a este respecto la labor en la edición y el guion que, a diferencia de sus predecesoras, elimina los temidos tiempos muertos. Por otra parte, Jordan demuestra eficacia en la puesta en escena, especialmente en los momentos de lucha cuerpo a cuerpo.
No obstante, como suele ocurrir en este tipo de productos, la trama es muy predecible y se remite a remezclar elementos de otros elementos ya visto en sus referentes más obvios. En definitiva, Creed III gustará a los fans de la saga, aunque tampoco sorprenda demasiado a los que no lo son.