Puntuación:
El buen guion, la sabia elección del reparto y la excelente dirección artística convierten el filme en una estimable mezcla de thriller y película de aventuras.
Los mosqueteros creados por Alejandro Dumas han despertado el interés del cine desde sus inicios. Su mezcla de aventuras, intrigas palaciegas y thriller son elementos bastante atractivos para el público. Entre las múltiples versiones realizadas para el cine y la televisión destacan las realizadas por Richard Lester en los setenta, la colorista realizada por George Sidney en los cuarenta o la serie de televisión con personajes perrunos realizada entre España y Japón en los ochenta. No obstante, en las últimas décadas no ha habido grandes versiones al respecto. Ni la juvenil reinterpretación de Stephen Herek, ni la realizada por Randall Wallace, ni la horrorosa versión realizada por Paul W. S. Anderson han estado mínimamente a la altura del original literario.
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Los tres mosqueteros: D’Artagnan, el largometraje de Martin Bourboulon, rompe con esta mala racha de adaptaciones. Quizá uno de los puntales de esta producción sea el estupendo guion, obra de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, capaces de comprimir los hechos del libro en dos horas sin casi tiempos muerto y respetando el texto sin demasiadas variaciones. Por otra parte, se agradece la estupenda labor de casting realizada. Casi todos los actores se adecuan a sus personajes, aunque destaquen una maravillosa Eva Green, que otorga el toque sensual y malévolo a su Milady, y Vincent Cassell, como el incombustible Athos.
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Por otra parte, se ha realizado una encomiable labor en el terreno de la dirección artística. así como en la elección de las localizaciones que deja patente el rigor con el que se ha realizado el filme. Quizá haya que reprocharle a la cinta que opte por una fotografía en exceso tenebrista, que hace en ocasiones algo difícil la visualización de los personajes, y la discutible opción de rodar los duelos con cámara en mano para conseguir una sensación más inmersiva. Sin embargo, son pequeños detalles que no impiden que Los tres mosqueteros: D’Artagnan sea una versión más que notable del clásico de Alejandro Dumas.
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