Puntuación:
Largometraje de terror que logra entretener, aunque no vaya más allá de una mezcla poco novedosa de sangre, sustos y referencias a otras cintas del género, incluido un forzado guiño a 'El resplandor'.
Las películas que han seguido a la trilogía original de Posesión infernal han aumentado las dosis de gore, rebajado los elementos cómicos y se han acercado en cierta medida a los modelos más en boga en el cine de terror de este siglo XX. El reboot de la cuarta entrega de 2013, a cargo del uruguayo Fede Álvarez, aumentaba más si cabe las dosis de sangre, fluidos y vísceras, mientras que Posesión infernal: El despertar traslada la trama a un hogar familiar acercándose en cierta medida a cintas de éxito en el cine de horror como Expediente Warren o Insidous.

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Lee Cronin, que dirigió la curiosa Bosque maldito, deja a un lado la sutileza de su cinta más famosa hasta la fecha para ofrecernos un espectáculo de gore, sustos y lugares comunes. En esta ocasión, la cinta se centra en la vida de una mujer y sus tres hijos que residen en un ruinoso edificio donde aparecerá el famoso Libro de los Muertos, que convertirá su existencia en una pesadilla. Todo coincidirá con la llegada de la hermana de la madre.

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El director y guionista esboza de manera vaga una historia acerca de los problemas de relación entre ambas hermanas, aunque sea una mera excusa para dotar de algo de dramatismo a la sucesión de efectismos varios. Como suele ocurrir en este tipo de cintas, el clan dejará de lado las diferencias entre sus miembros para enfrentarse a la entidad maléfica. Cronin imprime al conjunto la necesaria fuerza como para que funcione como entretenimiento de usar y tirar, aunque no consiga que la película sea memorable. Los fans de la saga encontrarán las suficientes vísceras y las referencias al inicio de la franquicia, aunque se eche de menos el humor cartoonesco de las cintas de Raimi, sustituido aquí por ciertos momentos de humor negro metidos con calzador.

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En resumen, Posesión infernal: El despertar es un largometraje de terror que logra entretener, aunque no vaya más allá de una mezcla poco novedosa de gore, sustos y referencias a otras cintas del género, incluido un forzado guiño a El resplandor.