Puntuación:
Efectiva película de miedo donde los sustos acaban venciendo a la sutilidad.
El director francés Samuel Bodin se ganó cierto prestigio internacional con Marianne, miniserie de terror destinada a la plataforma audiovisual Netflix. Ese éxito le ha permitido dar el salto al cine estadounidense con No tengas miedo (Cobweb), cinta basada en un guion escrito por Chris Thomas Devlin que formó parte de la llamada blacklist de libretos no realizados del año 2018.

El filme nos adentra en los siempre socorridos miedos infantiles. En este caso, los de un niño que vive en una vieja casa en la que cree oír ruidos en la pared. El extraño comportamiento de sus padres y un cambio en su conducta a raíz de los hechos extraños que se empiezan a producir a su alrededor provocarán que el menor tema por su propia existencia.
Bodin y su director de fotografía, Philip Lozano, saben crear una atmósfera enrarecida entorno a la casa y sus habitantes a través de una iluminación tenebrosa y la sabia utilización de planos aberrantes para crear desazón. Le ayudan en su empeño las estupendas caracterizaciones de Lizzy Caplan y Antony Starr, encargados de dar vida a los inquietantes padres del chaval del protagonistas, y el pequeño Woody Norman, que da vida al aterrado crío. Todo ello está bañado en un extraño halo de melodrama gótico que acerca a la película al grand guignol.

Sin embargo, como suele ocurrir en tantas producciones de terror, los atractivos ingredientes iniciales se diluyen cuando los misterios se van desvelando y la sutilidad da paso a la brocha gorda. El efectismo acaba ganando la partida en una sucesión de sustos que asemejan la película a un particular tren de la bruja.
Pese a ello, No tengas miedo (Cobweb) se convierte en una efectiva cinta de género que, sin embargo, no aporta mucho y se olvida tan pronto como se ha consumido. Eso sí, resulta bastante más entretenida que fiascos recientes como Insidious: la puerta roja o la sobrevaloradísima Smile.
