How to have sex se ha convertido en una de las sensaciones internacionales de este 2023. El largometraje venció en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes, además de lograr el premio Pilar Miró de la SEMINCI y conseguir trece candidaturas a los BIFA, los galardones del cine independiente británico. Por último, se ha alzado como la mejor película de la sección a Competición Internacional del festival Cine por Mujeres 2023.
Molly Manning Walker había trabajado hasta ahora como directora de fotografía de series de televisión, largometrajes y videoclips, aunque también había sido la autora de algunos cortos. En su ópera prima en el largo nos ofrece una respuesta británica y reflexiva a Spring Breakers.
Si en aquella Harmony Korine se mostraba fascinado por la estética chillona y ofrecía un producto de factura publicitaria sobre un cuarteto de universitarias norteamericanas en unas vacaciones repletas de sexo, drogas y alcohol, Walker plasma en imágenes un escenario muy parecido, pero su visión es bastante más dramática y nada fascinada con aquello que retrata. En esta ocasión nos encontramos con tres adolescentes que se van a pasar unos días de fiesta después de realizar la prueba de admisión a la universidad, Su intención es pasárselo bien y lograr que una de ellas deje de ser virgen. Sin embargo, para la joven en cuestión, todo se convertirá en un verdadero infierno.
Sin discursos altisonantes, la cineasta británica nos enseña la presión de gran parte de la población femenina más joven, que basa gran parte de su autoestima en el deseo sexual que puedan despertar en los varones. En algunos casos, como el que enseña la película, muchas chicas se ven empujadas a acostarse con hombres que las tratan como simples trozos de carne y donde el aparente consentimiento de ellas se ve determinado más por su deseo de ser admitidas por su entorno que por su propias ganas de tener relaciones con una persona que no les muestra verdadero afecto.
No obstante, Walker, también guionista de la cinta, no se detiene en este último aspecto, sino que muestra también el momento en el que las esperanzas de la juventud empiezan a ser decepciones, especialmente en asuntos como la amistad o las posibilidades de labrarte un futuro más o menos próspero.
Lejos de la fascinación un tanto malsana por el ocio juvenil desenfrenado del que hacía gala Korine, la realizadora nos muestra la pesadilla de una joven, a la que da vida una espléndida Mia McKenna-Bruce, en un supuesto paraíso donde reina el desenfreno, el sudor y el mal gusto.