La cinta narra el asesinato a manos de los etarras de los jóvenes guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero en la localidad francesa de Capbreton el pasado 1 de diciembre.
La película ha sido duramente criticada por su ambigüedad, ya que muestra a un miembro de ETA como una persona normal: con su familia, con sus amigos, en su trabajo. El filme compite por la Concha de Oro.
Rosales, ganador de un Premio Goya este año por ‘La soledad’, se defendió argumentando que sólo ha pretendido mostrar el «absurdo» de la violencia de ETA. «¿Qué hay más absurdo que tener una vida normal y, de repente, encontrarse con dos jóvenes y acabar pegándoles un tiro?», respondió, tras reconocer que «no es una película fácil e incluso puede ser desconcertante».