Premiere de 17 otra vez. Zac Efron nos hizo esperar

La noche se presentaba larga y Cineralia, con este servidor de director y representante no iba a perderse nada del evento, antes de las 20:00 estaba degustando una suculenta hamburguesa junto a mi querida esposa en el burguer más cercano, para coger fuerzas, mientras la cola se alargaba y la expectación iba in crescendo de una manera espectacular. Las adolescentes de este país estaban todas encaramadas a la valla esperando la aparición del actor Zac Efron, protagonista de la velada, que se hizo esperar.

Sobre las 21:00 horas hacen aparición los ganadores de las entradas, Alex, Rociocab y Estela, los cuales tengo el placer de conocer y con los que charlé durante algún ratillo, mientras la cola se hacía un poco más larga; pero cuando menos lo esperaba mis contactos surgieron efecto y tomé un atajo hacia el centro de la vorágine de la premiére, o lo que es lo mismo, dónde estaban todos los famosos, Cineralia no iba a ser menos. Después de algunas fotos (Belén pidió que no sacaramos a Andreita) y saludos efusivos con algún que otro miembro del famoseo español, Romay, Belén Esteban, Efrén y un largo etc…, podeis ver las imágenes, a mi ya me conoceis, el resto de la plebe ascendió por las escalinatas y los apretujones fueron de muy señor mio, los gritos insoportables y la tensión se mascaba en el ambiente, la espera iba a ser larga.

A las 21:30 pude hacerme una fotitos con los ganadores de las muy aclamadas entradas dobles y charlar otro ratito con Xtreme, que apareció tarde y con Alex que me contó que venían de Sevilla a conocer Madrid con la excusa de poder ver de cerca al famoso actor.

22:15 de la noche, un rumor cada vez más fuerte entra por las puertas de acceso, los gritos comienzan a alzarse en la multitud, Zac se acerca, al mismo tiempo mis posibilidades de fotografiarme con el crack americano se esfuman, le pude atisbar una oreja, un trozo de brazo y algo del cuerpo, la chiquillada se apelotonó de tal manera que fué imposible acceder al personaje eje del evento, que en cuestión de segundos desapareció del recinto después de dedicar a la prensa una escuetas palabras. Pero ahí quedo eso, Pilar Rubio lo compensó todo, vaya preciosidad, sin olvidarme de estas dos, ya os contaré…

Sobre la 01:00 terminó la comedia ’17 otra vez’, con un gracioso Matthew Perry y un solvente Zac Efron, parece que está diseñado para estos papeles. Comedia demasiado previsible, dónde los personajes secundarios derrotan por goleada a los dueños de los primeros planos, eso si el guión es más consistente que en cintas de su género, un poco más elaborado y tratado con un esmero digno de elogio, no porque sea un excelente guión sino por la dificultad de planificar un trabajo tan poco creible, con tantos vacios argumentales y dotarlos de un recipiente capaz de sustentar el metraje sin desfallecer en el intento.

Aunque las risas no son una constante, si son bastante agradables y en general inofensivas, con algún momento realmente gracioso de la mano de algún secundario de agradecer (Thomas Lennon). Del resto de la cinta poco que contar a los 35 años, la vida de Mike (Matthew Perry) no ha ido por el camino del éxito que todos preveían cuando en el instituto era la estrella del equipo de baloncesto y el que ligaba con las chicas más guapas. Después de 18 años vendiendo productos farmacéuticos no ha conseguido ascender en el trabajo, no tiene buena relación con sus dos hijos y se acaba de separar de Scarlet (Leslie Mann), su encantadora mujer. Una noche de tormenta, Mike ve al que fuera bedel de su instituto subido encima de la valla de un puente mirando al río. Mike detiene su coche con intención de evitar que el hombre se tire, pero cuando llega a la altura del bedel, éste ha desaparecido y Mike cae irremediablemente al río. Cuando a la mañana siguiente Mike llega a casa de su amigo Ned (Thomas Lennon), se da cuenta de que no es el mismo Mike vendedor de medicamentos sino Mike O’Donnell, un adolescente de 17 años (Zac Efron).

Terminando con la crítica, comedia con sabor a remake tipo ‘Big’, con grandes dosis de previsibilidad, con falta de ingenio, pero agradable de degustar, para echar unas risas sin complicaciones y luego olvidarla, no se tarda demasiado. De nota 6 sobre 10.