Crítica de Scary Movie 5. Collage Desastre

Crítica de la Película americana «Scary Movie 5», Secuela de la Saga Cómica que Parodia los Éxitos más Recientes del Cine de Terror.

En los últimos años, la ristra de películas norteamericanas acabadas en –movie (por citar alguna, «Disaster Movie», «Epic Movie» y, hasta cierto punto, las distintas «Scary Movie» que han ido viendo la luz) se han empeñado en intentar demostrar que parodia es sinónimo de desfachatez, de puro aprovechamiento de fórmulas que se sabe que funcionan.

Esto no es falso del todo, pero depende de en manos de quién caiga el proyecto (en esencia, dependiendo de quién escriba el guión) podemos encontrar películas basadas directamente en la parodia que se cuentan entre las más divertidas que recordamos: por ejemplo, los inicios de la saga clásica, parodia de los monstruos de la Universal, de Abbott y Costello, o la brillante «Aterriza como puedas», cuyos artífices han sido considerados durante años maestros en esto de imitar a otros: los hermanos Zucker y Jim Abrahams.

El secreto de este grupo, en todo caso, reside en el amor hacia el material de base, en el aprovechamiento brillante de los gags visuales y en la creación de unos protagonistas no muy profundos pero al menos carismáticos en su absurdo, que se mueven de sketch en sketch dándole a estos refritos una unidad imprescindible.

Con estas credenciales, cuando parte del trío original decidió hacerse cargo de la tercera entrega de la saga en decadencia de «Scary Movie» consiguió un filme de consumo rápido pero con el que uno se podía reír sinceramente, sobre todo gracias a unos protagonistas (la ya mítica Anna Faris, un Charlie Sheen bastante aturdido, la aparición estelar de Leslie Nielsen) que sabían lidiar sin problemas con el caótico mundo de referencias pop en el que vivían.

Y lo más importante: a diferencia de las dos entregas anteriores, que reposaban en los chistes sexuales, esta se basaba más en el humor visual y el slapstick, por lo que ahora el público objetivo era toda la familia.

La cuarta entrega bajó el listón, ofreciendo lo mismo pero menos inspirado; «Scary Movie 5» supone un paso más (esperamos que el último) hacia el desastre absoluto. Pues aquí el tono ligero es tan ligero, tan vacío, que parece una película hecha para gente que sólo reacciona ante los golpes y los gritos; los protagonistas (una Ashley Tisdale intentando usurpar el puesto de Faris, Simon Rex en su papel habitual de idiota) se diluyen entre tanto chiste oído cien veces, entre tanta parodia banal (por citar algunas, «Mamá», «Paranormal Activity», «Origen», «Cabin in the Woods» o «Cisne negro») combinada con otras de manera ridícula, como las piezas de un puzzle que es lógico que no encajan.

Si en otras entregas de la saga al menos intentaban limar los bordes para dar cierta sensación unitaria, o proveer al espectador con un mínimo de risas, aquí estamos ante un popurrí barato y poco interesante.

La lógica del puñetazo se instaura definitivamente nada más empezar la película, y el humor visual de los Zucker se deja ver en contadas ocasiones, dominando la situación los chistes forzados que no se creen ni los que los cuentan. Una comedia puede ser trágica, dolorosa, pero nunca fría y distante: «Scary Movie 5» se pierde a sí misma y a sus personajes entre gag y gag, sin generar ningún tipo de carisma básicamente porque se entrega sin condiciones a un absurdo descontrolado sin ningún mensaje de fondo. Cualquier atisbo de lógica en la historia, pues, queda enterrado.

En definitiva, la fórmula Scary Movie de David Zucker, la parte activa del grupo, parece haber caducado, ahogada seguramente por prestarle más atención a las hostias que a las personas que las reciben, construyendo de paso una película de fragmentos que como unidad apenas se tiene en pie.

Como un collage cuyos colores no combinan, «Scary Movie 5» ni aporta nada ni quiere aportarlo.

Una Crítica de cine de Ricardo Jornet.