Crítica de cine de uno de los estrenos del año 2013, «Pacific Rim», del director Guillermo del Toro». Un verdadero Blockbuster palomitero, entretenimiento 100%.
No hay duda de que nuestro querido Guillermo del Toro mantiene un estilo particular, una manera de ver el cine como ningún otro, desde su lado más juvenil. Diría incluso dotando a sus proyectos de un aire singular, en ocasiones acertado y en otras no tanto, pero indudablemente único y divertido.
Guillermo conserva un amor desde niño al cine de terror y fantástico, esa fascinación por el mundo más irreal, por los temas oscuros y por los seres surgidos de la imaginación de la mente humana, se traslada a su cine.
En sus trabajos aparecen con frecuencia los monstruos, seres diversos por los que siente predilección. Una predilección que nos lleva a entender su filmografía y el largometraje objeto de esta crítica, «Pacific Rim».
Desde la interesante «Mimic» donde unos evolucionados insectos aterrorizaban a nuestros protagonistas, hasta la sobresaliente «El Laberinto del Fauno», pasando por la nada desdeñable saga «Hellboy», Guillermo del Toro ha forjado una carrera, un prestigio que le ha llevado a obtener el caché necesario para afrontar un proyecto Hollywodiense de la magnitud de «Pacific Rim».
Un sueño en el que Del Toro da rienda suelta a sus deseos más infantiles, millones de dólares gastados en gigantescos robots creados para luchar contra monstruos infinitamente grandes, por suerte «Pacific Rim» no es solo eso, es un verdadero Blockbuster palomitero muy entretenido.
En el año 2013, sin saber el motivo se abre una grieta espacio temporal en el fondo del oceano, de ella surgen monstruosas criaturas, llamadas Kaiju, llegadas a la tierra para destruir, para arrasar, en una guerra que acaba con millones de vidas y que pone al ser humano al borde de la extinción.
Para luchar contra los gigantes montruos Kaiju el ejercito diseña un arma igual de enorme, unos robots, llamados Jaegers, controlados por dos pilotos unidos por sus mentes, por un puente neuronal. Y aunque en principio los Jaegers acaban con decenas de Kaiju, el número de monstruos que cruzan la grieta se va incrementando, lo que lleva a la humanidad al borde de la derrota.
La sinopsis no puede ser más alentadora, el ser humano en una encarnizada lucha contra las más temibles de las bestias; y aunque la aventura es previsible y un punto infantil, con algunos defectos made in Del Toro, que a estas alturas no resultan ni molestos, ni incómodos; «Pacific Rim» da lo que promete en grandes y generosas dosis, unos efectos especiales alucinantes, con un 3D envolvente y eficaz y combates frenéticos entre robots y los más diversos monstruos.
El director cuenta con las bazas a favor de un interesante y no poco inteligente guión y un reparto notable, con algunos de los amigos de Guillermo del Toro en el mismo; que se contraponen a los defectos anulando los mismos y a algunos giros del guión demasiado infantiles.
Por suerte la película se aleja lo suficiente de la insoportable saga «Transformers» de Michael Bay, para dejar su comparación en un simple parecido robótico. «Pacific Rim» es mucho más que robots en una descabezada lucha sin sentido.
Quizás, al comienzo de la película se echa de menos tener otra vez menos de 15 años, volver incluso a nuestra infancia; las reminiscencias a los dibujos animados que marcaron nuestros primeros años son indudables, la nostalgia nos invade, pero después Guillermo dota al proyecto de tanto amor, que finalmente te quedas encantado de nuevo, con una bobalicona sonrisa que te lleva a pensar que a veces el cine es solo esto, puro entretenimiento palomitero.
Una Crítica de Cine de Rafael Calderón Luna.
Nota: 6,5.
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