Crítica de Sister. Cine de emociones contenidas

Este viernes 15 tendrá lugar el estreno de Sister una producción franco-suiza de la directora Ursula Meier del 2012.

La cinta ya se ha paseado por diferentes festivales recogiendo galardones tanto en Fotografía y Premio Eurimages en el Festival de Sevilla y una mención especial en el Festival de Berlín.

Simón (Kacey Mottet Klein) de 12 años que solo tiene a su hermana mayor Louise (Léa Seidoux) como familia. Aunque es el pequeño finalmente el que sustenta la casa, ya que ella no está muy centrada en sus responsabilidades teniendo ganas de vivir con respecto a su edad, no quiere cargas a sus espaldas y no le presta demasiada atención a su hermana, solo cuando a ella le interesa.

Simon para buscar dinero todos los días se sube al lujoso centro de esquí que hay cerca de su casa, haciéndose pasar por un turista más roba los equipos deportivos al resto para luego venderlos de segunda mano. El cariño no se nota en el ambiente de esa casa y es algo que posiblemente a los dos les pase factura.

Sister es un sobrecogedor rompecabezas emocional, donde ambos personajes tienen una lucha interior uno por sacar a relucir la verdad y sus sentimientos y el otro por esconder una realidad que le puede y que en cierta forma ha cambiado lo que pudiera haber sido su vida. Todo salpimentado con las relaciones a veces tan desconcertantes que se muestran entre los dos, un galimatías casi entre el amor y el odio con esa fina división que lo separa.

Contiene además una vorágine de vaivenes emocionales reflejados en el rostro de los protagonistas y expresados a la perfección por parte de los dos actores que trasmiten su inquietud a flor de piel que en Sister se lanza al espectador por medio de señales, que poco a poco desgranamos para unirlo en un solo mensaje, el amor y la comprensión.

Todo da un cambio radical en mitad de la película y puedes llegar a entender movimientos y expresiones anteriormente mencionadas con ironía y con lanzamientos de un grito de auxilio, reivindicando su lugar en el corazón de la otra persona.
Solo algo en contra de esta producción tan intensa y fuerte en cuanto a emociones, su lentitud en tramos parece que hasta los decorados y personajes se detienen y eso crea un atmosfera casi de angustia y sufrimiento sin poder visibilizar el final o el resultado de las incógnitas anteriormente diseccionadas.

Sister es de esas películas que a medida que sales de la sala y vas meditando va cogiendo cuerpo y mucha más intensidad de la que te pensabas en un primer momento, porque vas hilando y uniendo visiones que parecían intrascendentales y de pronto se convierten en importantes para darle la relevancia oportuna a cada escena, a cada palabra, a cada tesitura.

Ambas interpretaciones te atrapan con sus diferentes registros y enfoques que van teniendo a lo largo de la película, mostrando sin querer algo que esconden y que con el paso del metraje se delata. Puede que aquí sorprenda más la interpretación de Kacey Mottet Klein además de por tener más tiempo la pantalla para él, tiene un semblante de añoranza y de reclamo que engancha, es como una llamada desesperada de auxilio.

A Léa Seydoux después de haberla visto en La vida de Adele podemos pensar que los deberes ya los trae hechos de ahí en cuanto a actuación, pero hay que tener en cuenta que Sister es anterior, y que el trabajo se realizó antes, por lo tanto su aportación también es importantísima llenando la pantalla con esa mirada perdida que tanto cuenta sin decir nada.

Una Crítica de cine de Susana Peral.