Pelo Malo. Una pequeña joya ganadora en San Sebastián

Este fin de semana se ha estrenado Pelo malo la película que se alzó con la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián dirigida por la directora venezolana Mariana Rondón.

Junior (Samuel Lange Zambrano) tiene nueve años y  vive con su madre Marta (Samantha Castillo) y su hermano que tiene unos meses.  Su madre que tiene 30 años está viuda y sin trabajo situación que crea conflictos en el entorno familiar, y la única satisfacción que tiene es tener cerca de su bebe.

Pero para Junior el mayor de los problemas ahora mismo, es tener el pelo malo, es decir rizado, pues para la foto anual de la escuela, quiere alisárselo como los cantantes pop, pero su madre no quiere porque esa apariencia le incomoda.  Sólo tiene el apoyo de su abuela paterna, que es otro conflicto existente con su madre. La relación madre hijo tiene una distancia que se ve difícil de recuperar pero Junior no cesará en su empeño.

Pelo Malo es de esas pequeñas joyas que te van atrapando poco a poco, sin entender muy bien la razón, y puede que eso sea lo mejor, porque es su conjunto lo que atrae, las sin razones que se muestra del ser humano en sus actos, y como se conjuga todo a la perfección para regalarnos una obra sobre la tolerancia y el respeto.

Al fin y al cabo Pelo malo no deja de ser una simple historia sobre las etiquetas que las personas suelen poner a los demás, sin pararse a pensar o meditar y eso que está en su mente es totalmente verdad o una fachada que uno mismo se ha creado por algo ocurrido anteriormente, y de esta forma prejuzgar sin analizar.

Aquí en este caso el tema puede que llegue a ser más delicado, porque uno tiende a pensar que desde fuera las cosas tienen otra perspectiva, pero cuando hablamos del entorno familiar nadie juzgaría a la ligera. Ves como el pasado influencia en demasía pero el guión se va desentramando lentamente para que te des cuenta del porqué de ese rechazo materno filial, que desde luego se hace sobrecogedor.

La estética de Pelo malo es austera mostrando las vicisitudes de la situación familiar, del entorno laboral y de la situación económica en general de todo lo que rodea a los protagonistas. Dando esto una visión amplia de cómo la situación económica influye en muchas personas a la hora de su desarrollo sentimental y emocional, porque el desanimo es una fuente de rechazo total a ver la positividad de la vida, el guión lo encara muy de cerca y es un protagonista más.

Otro punto a destacar es como se plasma el tema de la estética y la apariencia para ser admitido y respetado, como se valora y se juzga mucho más lo exterior que el interior de las personas, dando cabida a la intolerancia sin mayor prejuicio.