Crítica de Belle. Amor, honor y respeto

Una historia enriquecedora, donde la balanza del amor y la razón se tambalean en distintos tramos, pero vemos como el corazón tiene una gran participación.

Es pura emoción y sensibilidad calando muy hondo en el espectador, al menos conmigo lo consiguió. De hecho si la comparamos con algunas recientes de su misma temática, racismo, como es 12 años de esclavitud a mí personalmente Belle me ha convencido y cautivado mucho más.

He de decir que desde que vi el tráiler de Belle me atrajo, y no me ha defraudado, todo lo contrario, he salido con la sensación de haber recibido una lección de moral cinéfila total y absoluta. Por la temática y como está tratada y como no de su ambientación.

Dido Elizabeth Belle (gugu Mbatha-Raw) es la hija ilegítima de un Almirante de Marina Real. Cuando su padre conoce de su existencia y de la pérdida de su madre se hace cargo de ella pero tiene que salir de viaje y la deja al cuidado de su tío abuelo Lord Mansfield (Tom Wilkinson) y su mujer, para que la traten, como lo que es, de la familia. Pero la sangre no lo puede todo y Dido se tendrá que enfrentar al color de su piel y el clasismo social de la época. Cuando el caso de un barco de esclavos sale a la luz y su tío, que es un juez, tiene que deliberar al respecto, en Dido nacerán nuevos sentimientos de su arraigo maternal, y querrá que se haga justicia defendiendo su opinión.

Desde luego el hecho de que la historia de Belle esté basada en hechos reales le da un empaque especial y sobrecogedor. Además una historia de una joven mulata y su lucha por su color de piel y sus derechos, dentro de su propia familia, de su linaje y posición social, hace que realce la historia en sentimentalidad y profundidad. No es lo mismo que veamos una discusión sobre la esclavitud desde posiciones sociales distintas que desde la misma.

Belle es una historia enriquecedora, donde la balanza del amor y la razón se tambalean en distintos tramos, pero vemos como el corazón tiene una gran participación y se decanta por equilibrar ambas y hacer que el raciocinio sea claro y no como lo quieren imponer los cánones y las clases sociales.

El guión evoluciona y mejore con el metraje, pues lo que de primeras parece que se va a quedar solo en lo superfluo y romántico, ahonda finalmente en una lucha de clases sociales, en la comodidad que uno adquiere con los años y como se deja vencer por el clasismo y el equilibrio laboral y social, dejando de lado los principios y las raíces.

Amma Assanté en su segunda película, Belle, ha tejido un gran engranaje entre lo personal y lo cultural/social. Ha mostrado a la perfección los intereses creados en la época, por los linajes, por los status y el querer aparentar. Ha expuesto, con un hecho real, como se puede cambiar de opinión, o en este caso volver a sus orígenes y sueños con lecciones de moral y honestidad de la juventud.

Otra parte a destacar es la fusión de la música con el colorido, que nos recrea la época del siglo XVIII a la perfección tanto en imágenes como en sonido. Y aunque todo esté dentro de un entorno romántico, lo social y político se remarca a la perfección, poniendo el punto exacto de cada situación cuando es necesario, remarcando cada faceta en el momento justo.

Las actuaciones son todas muy contenidas, pero así lo requieren los personajes y su época. Esto no quiere decir que no me trasmitan, todo lo contrario, lo hacen con la elegancia y el protocolo de la época, contenido unas miradas que me dicen más que cualquier diálogo. Pero además hay que remarcar que aquí los diálogos son intensos y muy profundos, pues una temática como es la valoración de la esclavitud no se puede tratar a la ligera, y se agradece.

Incluso en Belle no solo se trata el tema de la esclavitud, también se tratan temas como el amor, honor, amistad y respecto con gran profundidad, entrelazándose todos ellos, y viendo como todos se unen y se combinan en la vida.