Crítica de Ted 2. Una comedia disparatada pero raras veces divertida.

Absurda y ridícula, con un humor negro y escatológico en ocasiones, pero sin recursos efectivos para provocar la risa.

De todo metraje siempre se saca un pase, una floritura, una frase, detrás de un trabajo hay un esfuerzo que hay que respetar, pero en Ted 2 resulta complicado sacar algo brillante o conmovedor y sobre todo cuesta sacar algo respetable, bueno sí quizás llama la atención la autocrítica que se hace de la sociedad americana, por lo demás estamos ante una película políticamente incorrecta que bueno se podría dar como un tanto a su favor si de verdad se hiciera con estilo y elegancia, pero nada de eso le alienta al trabajo de Seth MacFarlane.

Nos enfrentamos y digo con mayúsculas nos enfrentamos a una comedía insustancial, con unos gags retrógrados, faltos de ironía e inteligencia humorística, con el agravante de que ni la pueden ver los jóvenes por ser para mayores de dieciocho años y porque estos dudo mucho que les resulte graciosa e ingeniosa.

En Ted 2 ,su personaje el muñeco oso, se casa y deciden tener hijos adoptados, esto despierta todas las alarmas del estado y provoca un vacío legal que tienen que resolver si quieren cumplir su objetivo de ser padres. Todo un guiño hacia la lucha de derechos de las minorías, quizás lo más positivo de este trabajo.

Una comedia disparatada pero raras veces divertida

Absurda y ridícula, con un humor negro y escatológico en ocasiones y otro difícil de clasificar, de cualquier manera sin recursos efectivos para provocar la risa, no es de extrañar que el director y la producción pongan empeño en conseguir acercar al espectador con cameos de actores de peso y personajes influyentes de los Estados Unidos en esta alocada comedia llena de gags constantes. El impertinente oso se gana el respeto de todo su entorno como si de una persona real se tratase eso la hace disparatada pero raras veces divertida.

Dantesca en algunas escenas distando mucho del humor europeo, a veces incluso distando mucho del propio humor norteamericano provocando la vergüenza ajena. También da la sensación de haberse quedado sin guión recurriendo al ya de por sí explotado juicio americano con jurado, sin mencionar la apología que se hace a las drogas y al alcohol, con esto no quiero pecar de puritano, solo que ni siquiera en ese terreno tiene una actitud elegante.

Esta película que solo se ha dejado arrastrar por lo novedoso del personaje en la primera entrega de esta saga debería haberse quedado con eso… con lo novedoso.

Crítica de Ted 2.