La mayor casualidad de un demente es caer por accidente en un barco lleno de personas con tu mismo nivel mental… no es que te aparten y te miren mal, es que encima te veneran, te necesitan y te respetan.
El tema principal de la película parece estar envuelto por la religión de la cienciología, pero en realidad ‘The Master’ no hace un uso explícito de esta y se centra más en las relaciones personales, en la locura, en utilizar la confusión como método de cura.
Se sabe de sobra que todo hombre que va a la guerra vuelve a casa con la cabeza machacada y los sentimientos destrozados, aparte de no perder algún miembro o la vida… Es justo desde aquí, donde el cineasta Paul Thomas Anderson empieza a contarnos una oscura y triste historia sobre un loco llamado Freddie (Joaquin Phoenix) que a pesar de ser tratado como ganado por Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman) un falso profeta, sabe hablar consigo mismo y mantener un mínimo de cordura para por lo menos, estar de pie y aparentar ser humano. Freddie se atrapa solo en las palabras de su nuevo amigo y no duda en someterse a todo tratamiento que el doctor Lancaster le pone sobre la mesa. Freddie es usado como ratón de laboratorio intentando deshumanizarle aún más. La cienciología está en proceso de adaptación y el doctor Lancaster junto a su familia, no dudan en hacer todo lo posible por extenderla con la mayor fuerza posible.
La narrativa está enderezada en todo momento por la fuerza de los dos protagonistas y por la esperada recuperacón de un loco que solo busca su camino. En verdad, si los primeros diez minutos no enganchan, está muy dificil acabar la película con un buen sabor de boca, pues ‘The Master’ como ya he dicho antes, es una película triste, lúgubre y con respuestas nulas a cualquier pregunta que nos hayamos planteado antes. Toda respuesta debe salir de nuestras propias conclusiones y si no se está preparado para ello, no la recomiendo en absoluto. Quizá ‘The Master’ sea la película más dificil de ver de este gran autor.
Visualmente, como ya nos tiene acostumbrados Anderson, la película es plástica cuadro a cuadro, aunque jamás podría llegar a la magnífica ‘Magnolia’. Aunque está rodada con cámaras de 65mm, la belleza de este formato casi no se aprecia al someter la pélicula a tanto tratamiento para que llegue correctamente a las salas de hoy en día.
Hay que destacar sin duda a Joaquin Phoenix, ya no solo por su interpretación verbal o gesticular, si no por su completa transformación menguante, adelgazando hasta parecer un completo anoréxico. También destacar al eterno segundón de grandes obras maestras, Philip Seymour Hoffman, que se presenta con una de sus mejores interpretaciones hasta hoy día.
En definitiva, ‘The Master’ no es facil de ver si te niegas desde un principio. Pero si tratas el film con calma y sabor, el incremento del IVA no dolerá tanto.
Crítica de cine.