Le temps de l’aventure. Una película de sensaciones

Le temps de l’aventure es un filme de curiosidad por saber que se esconde detrás de un misterio, es una película sobre la inseguridad, es una película de sensaciones.

¿Quien no ha tenido la sensación de que el destino existe y esta escrito? cuantas oportunidades pérdidas y cuantas ganadas, nunca se sabe lo que la vida nos tiene reservado o por otra parte nos ha dejado escapar para evitar un daño mayor. Cuantas veces hemos jugado a imaginar la vida de los demás cuando estamos en lugares públicos, ya sea en una estación de tren o de autobuses o en la mismísima sala de espera de una consulta médica. Parece que no sucede nada, que tras esas vidas no hay mucho que contar, pero cada persona que deambula es una interesante historia digna de cualquier guión cinematográfico.

A mi particularmente me llama mucho la atención el tipo de cine que me cuenta esas historias cotidianas, las cosas que he vivido, o con las que sueño o me identifico, me reconforta saber que a los demás les suceden vivencias parecidas llegando a la conclusión de que estoy más cerca de lo habitual que de lo extraordinario.

Le temps de l’aventure (El tiempo de los amantes) requiere una predisposición. En el cine como en todas las artes el momento que se vive emocionalmente es impórtate para que toque la fibra. Requiere un momento dado de la vida para sentirse identificado, quiero decir que hay un público reservado para este trabajo, no creo que encaje en cualquier franja de edad. Es un metraje que recuerda mucho a Azul de la trilogía de Krysztof Kieslowski.

Le temps de l’aventure cuenta como en un tren una atractiva mujer de mediana edad se fija en un apuesto señor mayor que ella, entre ellos se crea cierto clima de deseo y misterio, romper el hielo y dar el paso para poder conocerse quedará en manos del destino. Es la historia de dos personajes contada de una manera muy sencilla, con unos personajes que exponen sus debilidades y de manera palpable las muestran con una interpretación llena expresividad, gracias en gran parte a sus dos actores protagonistas con esos rostros repletos de melancolía y tristeza.

El film tiene una estructura muy lineal, sin apenas diálogos, sin que tampoco se les eche de menos por que consigue trasmitir las emociones de las que hacen gala sus personajes, jugando con los primeros planos, adornados con una exquisita banda sonora.

Su director Jérôme Bonnell aborda la temática del corazón como solo los franceses saben hacerlo, con maestría, llegando al núcleo de la sensibilidad, dejando expuesta la vulnerabilidad que los protagonistas, haciendo al espectador participe de historias que le podrían pasar a cualquiera consiguiendo que el cinevidente empatice. También destacar que Jérôme ha sabido proyectar muy bien, en Le temps de l’aventure, la luz de Paris que siempre es un punto extra, por que es como si paseásemos por sus calles.

Le temps de l’aventure es un filme de curiosidad por saber que se esconde detrás de un misterio, es una película sobre la inseguridad, es una película de sensaciones, de estados de ánimo, que habla del deseo, de las oportunidades perdidas o de las que se agradecen que nunca sucedan, de romper con la rutina, de dar un giro a la vida. Y todo ello sin una trama compleja, podríamos encuadrarla de minimalista por que enfoca los pequeños detalles de la cotidianidad de cualquiera que nos rodea sin mayor pretensión.

Los actores de Le temps de l’aventure son de primer orden, Gabriel Byrne con un semblante seductor y misterioso y Emmanuelle Devos una madura atractiva y rebosando feminidad llenan la pantalla en un trabajo extraordinario y lleno de ternura.

Una crítica de Antonio Arenas.