Crítica de Maléfica. Las malas Disney son buenas por naturaleza.

Maléfica ofrece un retrato necesario y entretenido sin pretender ni llegar a ser una gran película

Maléfica es una de las nuevas apuestas de Disney. La factoría del ratón animado nos ofrece una nueva versión de los hechos (anunciada como inédita) además del trasfondo de uno de sus icónicos personajes: Maléfica.

La propuesta es tan válida como incoherente. Se agradece la visión en 360 grados del carácter de unas de las malas malísimas del famoso cuento y filme de 1959 La bella durmiente. Y es que, los malos no siempre son tan malos. O al menos no lo son por naturaleza (adoptando una quizás inocente perspectiva rousseauniana del hombre). Maléfica necesitaba un spin off, una explicación de porqué actúa así para que tanto los niños como los no tan niños vean desde la raíz la consecuencia de los actos. Unos actos y acciones que penden de un interminable eco en forma de efecto mariposa.

Favorece a la vez que sorprende la dirección que está tomando Disney en sus últimas películas (citando a Maléfica y Frozen como ejemplos). Mickey Mouse y su castillo llevan influenciando a las sociedades a nivel global desde hace décadas. Hacer uno uso responsable de dicho poder muchas veces puede chocar contra otros intereses de la compañía, por lo que en el momento en el que comienzan a mostrar una  mentalidad más abierta repercute positivamente en su público al mostrar una visión sabia y saludable de las cosas. En Frozen, se rompen varias creencias que la propia Disney se había encargado de dibujar para terminar  tirando el tintero sobre el lienzo y difuminándolas sobre el papel. Ese evolucionismo en la ideología y actitud de la compañía respecto a su audiencia en algunas de sus producciones más recientes, es digno de ser remarcarcado.

Una vez comprobada la necesidad de un filme como Maléfica, pasamos a comentarla como película. Dirigida por un novato detrás de las cámaras (Robert Stromberg), Maléfica está compuesta por un atrayente aura que rodea a su por otra parte insuficiente ADN. Toda la película es un sistema solar que gira en torno a la persona de Angelina Jolie, la cual ofrece una seductora y notable interpretación.  La joven y encantadora Elle Fanning junto al resto del elenco completan un reparto decente, lo justo y necesario para una película que no aspira a nominaciones en los Oscars por mejor intérprete (ni siquiera Angelina parece que pueda optar a él, por el hándicap que representa actuar en una película de tales características).

La fotografía y los efectos especiales están cuidados, y acompañan en armonía al resto de elementos. No obstante, Maléfica no deja de ser una película entretenida. Necesaria (por las razones antes argumentadas) pero entretenida sin más. Su propia duración (97 minutos) no predispone al espectador para esperar grandes artificios envolviendo inolvidables interpretaciones o mareantes y fascinantes giros de guión. Maléfica es consciente de sus virtudes y de sus defectos tratando de maquillar estos últimos todo lo posible como hicieron  durante el metraje con el rostro de la propia Angelina para acentuar su imponente y perfeccionista presencia.

Como otras muchas, Maléfica se deja ver y  su alumbramiento tiene un por qué, una razón de ser (algo de lo que carecen otras tantas películas que sólo esperan explotar un filón y beneficiarse ofreciendo una propuesta patética e insustancial lanzando al aire una idea loca). La única pega: el hecho de formar parte de una generación que se crió frente al VHS de La Bella Durmiente y comprobar que hay situaciones y detalles descuidados o directamente modificados o transfigurados. Ese fugaz sentimiento de engaño e indignación es la única nube que puede aparecer en el despejado cielo de una película correcta en todo lo demás.