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Son un actor de reparto más. No hay persecución ni derrape que se precie sin un cochazo en condiciones.
A lo largo de todos estos años, los coches han ganado importancia en el mundo del cine dado su interés estratégico y de marketing para las marcas. ¿Qué mejor forma de promocionar un modelo nuevo que transformado en el coche de una película de éxito con un actor de Hollywood al volante?
Uno de los precursores de esta tendencia es James Bond, que tras 50 años en la gran pantalla, tiene un gran valor publicitario. En Goldfinger se subió a un Aston Martin, el clásico coche de James Bond, y ha terminando encumbrando al famoso DB5. Sus coches en las diferentes películas han sido desde un Toyota 2000 GT, hasta un Lotus y algunos BMW.
Pero no solo el agente 007 dió prestigio a las marcas de automóviles, el detective privado Thomas Magnum, estuvo a los mandos de un Ferrari 308 GTS. Todos recordamos también a Steve McQueen dando vida a Frank Bullitt al volante de su Ford Mustang en las empinadas calles de San Francisco.
Entre los coches de película también tenemos unos muy cercanos, el tristemente fallecido Paul Walker y Vin Diesel conducen orgullosos coches tuneados en la saga Fast & Furious. En la pequeña pantalla no podemos olvidarnos de la serie Miami Vice (Corrupción en Miami), en la que Sonny Rico vacilaban de Ferrari Testarossa.
Pero en el cine no todos los coches famosos son cochazos, algunos inolvidables son el Citroën ‘Pato’ o el sencillo Ford Ka de James Bond, ¿Y quién no recuerda a Herbie el escarabajo? El Beetle equipado con el número 53 que hizo olvidar al resto de protagonistas de sus películas.
A veces para lograr el efecto publicitario deseado de los coches, son necesarias algunas costosas transformaciones. Mención para el BMW Serie 7 de Tomorrow Never Dies de James Bond y el Rolls-Royce de la comedia Johnny English.
Ejemplos de esta transformación artesanal fueron los primeros Batmóvil, y el Pontiac Trans Am que pudimos ver en la pequeña pantalla convertido en K.I.T.T, en la serie El coche fantástico.
No podemos olvidarnos en este especial del Ford Gran Torino de la serie de televisión Starsky y Hutch, cuantos niños de la época flipaban con este coche y su peculiar raya blanca; y la furgoneta del Equipo A, ¿Quién no la recuerda con cariño?.
Pero si hay un coche imposible de olvidar si hablamos de cine no es otro que el Ecto 1, el Cadillac que conducían por las calles de Nueva York nuestros queridos Cazafantasmas al ritmo de la pegadiza canción que pone nombre a la película.
Cerramos la lista con un coche muy especial el Delorean DMC-12 recordado para siempre como la máquina del tiempo de Regreso al futuro, conducido por el bueno de Michael J. Fox en la famosa trilogía.
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