Crítica de Un héroe singular

Como pasara con Rams de Grímur Hákonarson, años atrás, Un héroe singular nos traslada de una manera sosegada, y por momentos nostálgica, a una faceta de nuestra sociedad que pudiera quedar muy lejos del entendimiento de los que vivimos en lo urbano, la vida rural y sus apegos a la misma.

Un héroe singular trata la vida de un ganadero, su día a día, forma de ser y ver la vida, desde la mirada personal, como la profesional y como ambas facetas se complementan, necesitan y compensan la una a la otra. Una película de Hubert Charuel, siendo éste su primer largometraje.

Pierre es un joven ganadero que se desvela por su oficio y su granja, junto con su familia: padres y hermana, la cual es veterinaria. Es uno de los mayores productores de leche de la zona y está reconocida su calidad. Ahora todo se tambalea a su alrededor, su todo, es decir su ganado, se puede convertir en nada por culpa de una epidemia. Pierre intentará por todos los medios posibles a su alcance salvar su granja que no es otra cosa que su vida.

Un héroe singular tiene una manera muy peculiar de comenzar, con un sueño del protagonista que hace inspirarnos en una comedia, pero nada mucho más lejos de la realidad, el drama es el todo de la cinta, pero llega con cautela, con sigilo, de la misma manera que el personaje principal lleva su vida, una parte retórica que se entenderá a lo largo del metraje.

El director Hubert Charuel viene de familia de ganaderos, por lo que ha ambientado no le es desconocido. Por ello está tan bien tratado y llevado con pausa, pero un ritmo que se erige lentamente en un thriller visual y emocional, con algún punto de ironía que hará creerse del todo la historia que nos narra.

Una cinta que trasmite pasión por un trabajo, para nada fácil en la sociedad consumista de hoy en día, son oficios que no se valoran lo suficiente, y aquí el director realiza un homenaje al sacrificio de las horas invertidas en algo que además de llevar el pan a la mesa, es igual de reconfortante para alma para todos aquellos que se dedican a ello.

Otra de las partes importantes a destacar de Un héroe singular es la actuación de Swann Arlaud que lleva todo el peso de la cámara en todo momento, y que resulta espontáneo, veraz y carismático. Cada secuencia está llevada al milímetro con pequeñas detalles que se ensalzan con la música que nos hace recrearnos en la trama tanto del thriller por parte de la historia, pero también del desasosiego emocional del protagonista que no deja de ser otro thriller, una lucha entre lo que quiere su corazón y lo que razón manda en los hechos.

Un héroe singular no deja indiferente, es un drama campesino, no exento de realidad, que influye en toda la sociedad y que llega al corazón por la sencillez y la dureza de la historia, sin entrar en lo melodramático pero si en lo emocional con mucha delicadeza.