Crítica de Dónde estás, Bernadette. Renacer de las cenizas

El cineasta estadounidense Richard Linklater ha abordado en sus mejores obras la influencia del paso del tiempo en las vidas de sus personajes. La trilogía inaugurada con Antes del amanecer o la magistral Boyhood nos enseñaban cómo aquello que nos va ocurriendo a lo largo de nuestra existencia va moldeando nuestros sueños, metas y personalidad. En cierta manera, Dónde estás, Bernadette podría encuadrarse dentro de esta particular preocupación del firmante de Slacker.

Adaptación de una novela homónima de Maria Semple, la cinta nos muestra a una arquitecta idealista y rompedora en su juventud que se ha convertido en una misántropa debido a diversos acontecimientos ocurridos en su carrera profesional y familiar. La situación ha llegado a tal punto que está afectando a su relación con sus vecinos y, especialmente, con su marido e hija.

Linklater, que escribe el guion junto a Holly Gent y Vince Palmo, nos ofrece una extraña mezcla de drama y comedia que puede resultar un tanto difícil de digerir para el público. Su personaje principal, al que da vida la siempre estupenda Cate Blanchett, resulta un tanto altivo y esnob en un primer momento y no es hasta que se descubre su cúmulo de traumas cuando se puede simpatizar con él.

Por otra parte, el retrato excesivamente paródico de las vecinas de la protagonista y un desenlace un tanto new age restan verosimilitud a una trama extraña que se encuentra equidistante del actual cine comercial de Hollywood como de las producciones independientes.

Tampoco la sosa corrección de Linklater, demasiado distante y frío con aquello que nos cuenta, el particular resurgir de una mujer que ha pasado por un largo bache vital, logra que el resultado vaya más allá de la rareza al servicio de su estupenda actriz protagonista.