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Puntuación
Una extraña continuación repleta de canciones que no contentará al público masivo ni a la crítica más exigente.
El director Todd Philips realizó con Joker, una particular versión del enemigo más popular de Batman. Lo primero que hizo es eliminar al hombre murciélago, aunque conservó la ciudad donde tiene su sede, Gotham, y algunos de los personajes secundarios del mítico héroe. El villano se convertía así en el protagonista absoluto, aunque en esta versión más que un ser completamente malvado era un pobre tipo trastornado que se convertía en una suerte de referencia para los perdedores.
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Joaquin Phoenix se dejaba llevar por su natural histrionismo interpretativo, mientras que Phillips homenajeaba a dos clásicos de Martin Scorsese, como Taxi Driver y El rey de la comedia, y perfilaba a su protagonista como un particular Norman Bates, el asesino de Psicosis, con aires de estrella. La película fue un éxito de crítica y público.
Joker. Folie à Deux es una secuela que pretende sorprender a todos aquellos que les gustó la primera. Aquí nos encontramos a Joker, en prisión y controlado por los medicamentos, que se encuentra en una institución mental a la espera de ser juzgado por los crímenes de la primera parte. Allí conocerá a Harley, una chica supuestamente pirómana, a la que interpreta la cantante Lady Gaga. Quedará prendado de ella al instante.
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Philips deja un tanto a un lado el retrato de esa figura antisistema que perfiló en el primer largometraje para mostrarnos el amor loco que siente su personaje principal por su alma gemela. En esta ocasión, siguiendo su particular homenaje cinéfilo se decanta por hacer guiños a los cartoons de la Warner, los musicales clásicos y los standards estadounidenses que popularizaron grandes figuras de la canción como Frank Sinatra y Judy Garland. Todo ello adornado con elementos de cinta judicial.
Las particulares fantasías de Joker son visualizadas con coreografías y canciones, pero sin que los intérpretes triunfen demasiado ni cantando ni realizando piruetas. Sus versiones son claramente inferiores a las originales y la visualización de los bailes no resulta especialmente memorable. Tampoco su inserción en la historia está siempre bien justificada. Además, el personaje de Harley no queda bien perfilado y los espectadores se preguntarán si su amor por Joker es verdadero o no.
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El resultado es una película arriesgada, pero que no consigue aquello que pretende. Se convierte en un producto extraño que pretende llegar al gran público y sorprender a los más exigentes, aunque parece que no va conseguir ni una cosa ni la otra. Eso sí, los fans de Phoenix y Gaga disfrutarán con su recital de muecas.
