La animación incluye en su historia grandes referentes que han engrandecido la filmoteca mundial. Así a bote pronto recuerdo varias ‘El rey león’, ‘El viaje de Chihiro’, y algunas más que me dejo y que seguro que vosotros recordais. Cintas que siguen siendo pilares del género en el que entra con todos los honores ‘Persépolis’, una película imprescindible de las que nos hacen creer en el cine, en su función lúdica y didáctica.
En esta ocasión se mezclan un montón de adjetivos, divertida, triste, emocionante, mágica, cómica, atroz, todo vale en esta fantástica conversión al cine de un gran cómic.
Donde otras se hunden esta sobrevive sin sucumbir a lo previsible y sentimental. Tratando de manera divertida una trama que nos cuenta la conmovedora historia autobiográfica de una niña iraní en pleno fundamentalismo islámico, desde la revolución islámica hasta nuestros días. Cuando los fundamentalistas toman el poder forzando a las mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas, Marjane descubre el punk, ABBA y a Iron Maiden mientras vive el terror de la persecución del nuevo gobierno y la guerra de Irán e Irak. Siendo adolescente y buscando un futuro mejor sus padres la envían a Europa, donde por fin puede comparar otras culturas con el fundamentalismo religioso del que escapó. Eventualmente la protagonista se adapta bien a su nueva vida, pero no soporta la soledad y vuelve con su familia, aunque eso signifique ponerse el velo y sentirse sometida a una sociedad tiránica.
Desde que comienza nos dice cosas, nos deja mensajes que ayudan a la comprensión del mundo islámico de una manera única y diferente que desde hoy debería ser imprescindible en cualquier centro educativo que se precie. Todo con un optimismo que engrandece el proyecto y nos devuelve la esperanza en un mundo mejor.
Por añadir algún pero diría que se me hizo un poco larga quizás le sobraba algo de retórica y la fantástica directora olvida que el entretenimiento es una parte fundamental del cine y si quieres una obra de arte este debe ser máximo.
Hay críticos que odian que las películas tiren de sentimientos y te emocionen, yo lo considero imprescindible. Una gran película debe atraparte en una red de la que te sientas parte y en este caso la historia la vemos como de lejos, como que no es nuestra.
Estos últimos detalles no consiguen empequeñecer una gran película que nadie se debe perder y que nos enseña que en el cine nada está escrito, que hay mucho que aprender y que de cualquier pequeña historia sale un filme memorable. Un poco sobrevalorada, pero eso es cuestión de gustos.
7.2 sobre 10.
Rafael Calderón Luna.