La cinta consiguió, en la pasada edición de Sitges, alzarse con el galardón de mejor película, y desde luego después de visionar la película, podemos decir que el premio fue acertado.
Borgman está dirigida por Alex Van Warmerdam.
Camiel Borgman llega a una zona residencial proveniente del bosque pidiendo ayuda. Es enigmático y misterioso por lo que los habitantes de la casa dicen que no a su petición, sobre todo el marido que es quien decide, no de muy buenos modos, no acogerle en su hogar. Pero finalmente con sus buenas artes consigue adentrarse en la familia e influir en cada uno de ellos de distinta forma. ¿Sabrá esta familia a lo que se enfrenta? ¿Saldrán airosos de los encantos de Borgman?
Un bosque, unas madrigueras que esconden a personajes casi sacados de una ciencia ficción y una huida hacia la civilización, es Borgman, una cinta oscura que esconde muchos misterios que se van desvelando poco a poco, eso sí muchos de ellos dejados a la imaginación del espectador y del puzle y engranaje que cada uno quiera dar, pero todo ello conjugado con mucha imaginación dando lugar a que lo real y la ficción se fusionen.
Enigmática película que te engancha desde el primer momento, no sabiendo muy bien los derroteros de la trama, pero envolviéndote en un halo de misterio que hará que estés pendiente todo el metraje de los continuos vaivenes de los personajes, pues son cambiantes, chocantes e influyentes al mismo tiempo, ya que cada uno te va conquistando a su manera y en su momento.
Un guión intenso, que recorre los submundos del intelecto y pensamientos del ser humano, ante lo más recovecos existenciales, sin dar por supuesto nada ni a nadie. Una historia de ficción donde la mente dibuja silenciosamente la parte más retorcida e enigmática del hombre y de sus actos.
El comienzo de Borgman es arrollador, porque te sumerge en una historia con una ficción asombrosa, y no sabiendo muy bien los derroteros y devenires de los actos que se ven en un bosque, que esconde a personas y unas historias que intrigan e impactan, además todo en tonalidades oscuras, como es en sí la película, oscura, fría, tremebunda a la par que enigmática.
Borgman es una mezcla de Funny Games, con toques de Canino y como no del famoso Síndrome de Estocolmo, que tanto juego da en el cine, y aquí es un eje primordial a tratar, donde queda claramente reflejado como la soledad de una persona por muy acompañada de una familia se ve reflejada cuando un tercero entra en acción, además por supuesto de la supuesta atracción y control que en este caso los protagonistas ejercen con los habitantes de esa casa.
El guión de Borgman tiene un toque perturbador, donde todos los protagonistas tienen su punto histriónico con respecto a comportamientos no comunes, pero totalmente lo contrario en cuanto a forma de ser pues aparentemente son normales, afables y encantadores, aunque cuidado esto último como se suele decir podría ser de encantadores de serpientes, viendo el desarrollo de la cinta. Porque no solo en esta vida el histrionismo se nota en la gestualidad si no también en el fondo de las personas y sus actos, y aquí son raros por momentos y hasta el final.
Una parte a destacar en Borgman son las interpretaciones que aunque sencillas, realmente lo que finalmente vemos es una atracción de la cámara hacia cada uno de los actores, que desprenden entre todos gran afinidad, por lo que hace que el conjunto sea muy bueno, tanto en trama como en actuación.