Crítica de Longlegs - 6.4
6.4
Por fin nos atrevimos a ver esta original y terrorífica propuesta, con un inmenso Nicolas Cage convertido en pesadilla permanente de nuestros sueños.
La originalidad y la capacidad de sorprender en este mundillo tan trillado como es el del largometraje de ficción está, para mi gusto, infravalorada.
No encuentro nada tan satisfactorio en una sala de cine como asistir, en la seguridad de tu butaca, a un guion original, una ambientación novedosa, una trama única… En fin, a una película diferente que te haga pensar y que días después permanezca en tu memoria.
«Longlegs» es uno de esos ejercicios cinematográficos que desde el segundo uno buscan seducirte con su peculiaridad, huyendo de los clichés más manidos del género (Aunque en ocasiones no lo consiga). Un oscuro thriller que juega muy bien sus bazas pero que descabalga a la hora de dar cierre y credibilidad a una historia que deja con cierto regusto amargo.
A Lee Harker (Maika Monroe), una nueva y talentosa agente del FBI, le acaban de asignar un caso sin resolver de un asesino en serie (Nicolas Cage). A medida que la investigación se complica y se descubren pruebas ocultas, Harker se da cuenta de que existe un vínculo personal con el despiadado asesino y debe actuar con rapidez para evitar otro asesinato.
La habilidad de su director y guionista, Osgood Perkins, a la hora de lograr una ambientación insalubre, una atmósfera malsana, a la que los sonidos y banda sonora no hacen sino amplificar su efecto, desfallece a la hora de lograr una estructura creíble y un final algo más satisfactorio. Perkins promete, promete, pero nos deja insatisfechos y con ganas de más. Aún así «Longlegs» se convierte en su mejor trabajo hasta la fecha y deja visos de un futuro prometedor.
En su reparto pros y contras. Algunas elecciones del casting son controvertidas e invitan a poner otros rostros. Pero esto es sobradamente recompensado por un malo del cine llamado a perdurar entre los más recordados de la década. Nicolas Cage resurge de sus cenizas por vigesimonovena vez, el hombre de las mil pelucas, eclipsa al resto del reparto y nos entrega una interpretación soberbia y digna de estudio. Su presencia intimida e incomoda a partes iguales, incluso cuando no está en pantalla.
«Longlegs» no hace sino sumar a un género que sigue en buen estado de forma y Nicolas Cage nos regala un villano de época.
Es difícil abandonar lo comprensible y racional para abrazarse a este ejercicio de género de Perkins, perdonarle sus defectos para recibir sus parabienes, obviar sus contras para festejar sus pros, en fin, que en esta dificultad radica nuestro goce y este si es bien recibido.