Lo primero de todo agradecer a 20th Century Fox España la invitación para poder disfrutar la semana pasada de esta película, ‘Los Diarios del Ron’, que estará en cartelera a partir de mañana viernes 4 de Mayo.
Paul Kemp (Johnny Depp), periodista de Nueva York, huye de su ciudad tras varios fracasos como escritor y se traslada a la isla de Puerto Rico para trabajar en un periódico local, The San Juan Star, dirigido por un editor abatido y desganado Lotterman (Richard Jenkins). Las prisas en este periódico están a la orden del día pero de momento a él le tocan simplemente trabajos secundarios, por lo que se sumerge en la rutina diaria de la isla: que es perderse en las noches caribeñas con un ron en la mano.
En poco tiempo Kemp conoce a gente de la isla, de no muy buena reputación, en este caso a Sanderson (Aaron Eckhart), y a su novia Chenault (Amber Heard), mujer de gran belleza de la cuál finalmente ambos acabaran enamorados. Todo se complica cuando Sanderson encarga al periodista un reportaje para beneficiarse de unos asuntos inmobiliarios que tiene entre manos, y con lo que le pone en una disyuntiva de poder ganar dinero poco limpio o desenmascarar a unos estafadores que se quieren aprovechar la naturaleza de la isla.
El director y guionista de la película es Bruce Robinson, y está basada en la novela con el mismo título de Hunter S.Thompson. Robinson llevaba sin dirigir una película desde ‘Jennifer 8’ en 1992, y la verdad que esta demora en la dirección se nota bastante, pues está flojo en el ritmo y en la unión de diálogos y escenas. Creo que todo está muy falto de sentido y orden.
Cuando un director llama a Johnny Depp para un papel, ya sabe que tiene ganado algo de antemano: una buena actuación y una taquilla asegurada por el gran número de seguidores por parte del actor. Algo que se ha ganado a lo largo de su carrera con sus buenas interpretaciones en todo los proyectos en los que ha participado, y es todo un hándicap ha favor.
Personalmente soy de las que opina que en cualquier película que actúe Johnny Depp, la película estará bien, salva los papeles del guión o de lo que sea, vamos que sea como sea la cinta al menos siempre tendrá una buena actuación, este es una de esos casos, su presencia como siempre impecable, pero le falta algo al guión o a la trama, no sabemos si es que la adaptación del libro no está bien hecha, no me lo he leído. La ambientación y el ritmo que lleva siempre son muy lineales.
La especulación inmobiliaria y la corrupción es un tema que está tan de moda que desde luego a alguien que vaya a ver la película no le va a pillar muy de sorpresa la trama, todo sea dicho, sólo puede que le sorprenda como actúen unos cuantos al respecto, para querer desenmascarar todo ello y no beneficiarse, y que un periodista quiera sacar a la luz todos los trapos sucios que existen en cualquier sitio del mundo, es de agradecer.
Las escenas de la peleas de gallos son muy buenas, sobre todo cuando se muestran simulando a la propia pelea que tiene el personaje principal, Depp con Aaron Eckhart por la chica de la película, y de cómo se puede pelear por un proyecto y cada gallo representa a una de las partes.
De verdad que entiendo que el director intente que exista algo de humor en la trama pero no lo consigue, o por lo menos yo no lo capté, tiene algún que otro toque irónico o humor negro pero poco más, nunca diría que está dentro del género de comedia ni mucho menos. Y estoy segura que algún toque más humorístico le hubiese dado una vitalidad que falta le hace, ya que se hace muy pesada en muchos tramos y sobre todo teniendo en cuenta que el metraje es de 120 minutos.
Podríamos decir que esta película es entre comillas un homenaje a Hunter S. Thompson por parte de Johnny Depp. Ya en 1998 actuó en una película que estaba basada en otra novela del escritor como fue ‘Miedo y asco en las Vegas’, y es que tras ser amigo del escritor y tras su suicidio, Depp quiere reivindicar la figura de quien es la figura del periodismo gonzo; como se muestra en el documental ‘Gonzo: Vidas y hazañas del Dr. Hunter S. Thompson’ (Alex Gibney, 2008), y que fue narrado por el propio actor.