Estas últimas semanas la cartelera viene cargada por todas esas películas que están nominadas para los próximos Oscars, y la que ahora mismo nos atañe es ‘Bestias del Sur Salvaje’ primer largometraje de Benh Zeitlin, que tiene cuatro nominaciones, Mejor Director, película, guión y actriz. Este viernes 25 ya la podremos disfrutar de la mano de Golem Distribución y vosotros mismos podréis juzgar si son merecidas o no.
Hushpuppy (Quvenzanhé Wallis) es una pequeña de seis años que vive en un bayou del rio Mississippi (zona de agua originada por antiguos meandros). Vive junto a su padre, Wink (Dwight Henry), ya que su madre desapareció de sus vidas hace tiempo. Ella es conocedora de la naturaleza que le rodea, de su entorno y de sus raíces; le gusta y disfruta de ello cada día. Pero de repente un día el orden natural de las cosas se ve alterado, y el nivel del agua sube dejándoles a todos los habitantes sin sus casas, y como si de un cuento mágico se tratase resurgen antiguas criaturas prehistóricas en el nuevo orden creado, y ser los nuevos habitantes junto con los que queden. Durante el caos su padre cae enfermo y tendrá que afrontar otro reto más en su vida a parte del de sobrevivir.
Puede que visionar estas imágenes nos haga reflexionar, y debería hacerlo y mucho, sobre nuestra existencia, sobre nuestros lamentos diarios, en los cuáles lo tenemos casi todo, aunque no lo creamos. Ver como los protagonistas sobreviven día a día con lo poco o mucho que les da la naturaleza, pero que también les quita, y además piensan que son los más afortunados del mundo por vivir cómo y dónde lo hacen, es como para quitarse el sombrero; a eso se le llama arraigo y valentía.
Miles de metáforas, similitudes, comparaciones, nos aparecen en pequeños detalles en la película además de guiños a la sociedad actual y críticas al sistema. Esas bestias que son pero no al mismo tiempo, es la propia crueldad y realidad de la vida que se nos pone de frente, pero su fuerza, la de las cuatro bestias en pantalla, no son otras que el vivo reflejo de las cuatro niñas volviendo a su hogar, a su destino, donde quieren vivir, y crecer porque es lo que conocen y lo que quieren. Ese golpe en el corazón, cambiando a una imagen de cómo se rompe la naturaleza, de cómo arrasa todo. Así podría contar muchas pero mejor que cada uno saque sus propias conclusiones y sus mensajes, porque seguramente cada uno captemos unos diferentes.
Como la visión de una niña de seis años te puede enseñar tanto; increíble que pueda pensar ante la adversidad que una simple pintura que ella hace, será su mensaje a una sociedad que la verá y que se acordará de ella, qué inocencia o qué inteligencia, porque es pura reflexión sobre esas cuevas que siempre nos devolvieron una historia pura, y que cada uno está claro que minuto a minuto hacemos la nuestra y que no es menos que el resto de la sociedad. Todos hacemos nuestro camino mejor o peor, diferente cruzando metas o dificultades que la propia vida nos marca, para aprender, para crecer y cómo no, para valorarse, porque si no el camino andado no valdría de nada.
Dos puntos cardinales importantes en esta cinta son la música y la narración. Increíble cómo la melodía de fondo te lleva de la mano en cada escena, haciendo palpables casi las emociones en sus sonidos y sobre todo en combinación con la voz narrativa y su forma, delicadeza y profundidad, esa frases que salen de una niña de seis años y que impactan a cualquiera. Su discurso es sobrecogedor con una sentimentalidad en un tono mayor en todo momento.
Lo más fuerte para mí de esta cinta, es sentir que la protagonista es feliz, pero piensas ¿cómo puedes pensar así de una niña que la ves sonreír en contadas ocasiones y que sólo ha recibido dos abrazos en su vida? Pues no sé como lo ha hecho el director pero es lo que he captado, no sé si llamarlo conformismo por parte del personaje o simplemente una pura realidad cruda a la que uno se puede llegar a acostumbrar, pero ella me trasmite felicidad. Un dicha dentro de un mundo de dificultades a cuál de ellas más abruptas.
El guión está basado en una comedia apocalíptica de un niño que pierde a su padre en el fin del mundo de la obra ‘Juicy and Delicious’ (Jugoso y delicioso) de Lucy Alibar que ha sido llevada al teatro.
El director Benh Zeitlin se ha implicado de tal manera, que además de dirigir, es coguionista junto con Lucy Alibar e incluso es uno de los compositores junto con Dan Romer de la increíble música que acompaña a su ópera prima en la gran pantalla.
Además de las nominaciones que tiene para los Oscars, ya ha recibido otros premios como el Gran Premio del Jurando en Sundance 2012, la Cámara de Oro y el Premio Fipresci en Cannes 2012, entre otros.
Crítica de cine.
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