Modern Family, la matriarca de las comedias familiares

La serie es una exitosa ficción cómica producida por la cadena ABC sobre 3 familias muy diferentes unidas por el parentesco.

Los guionistas Christopher Lloyd y Steven Levitan son los showrunners de Modern Family, una producción que en clave de falso documental representa las hilarantes escenas del día a día en el seno de tres familias arquetípicamente modernas: un matrimonio gay con una hija adoptada, un matrimonio con una a priori insalvable distancia de edad y cultura entre sus cónyuges y la que te imaginas como típica familia norteamericana compuesta por un padre trabajador, una am
a de casa y 3 hijos.

Lloyd y Levitan dejan claro que el público target de Modern Family es ambicioso: prácticamente toda la sociedad que consume TV. Porque todos tenemos familia y nos reflejaremos inevitablemente en la dinámica rutinaria de cualquiera de las 3 representadas en la serie. Modern Family está dirigida a una gran masa de gente homogénea con un producto heterogéneo, que se sale de lo establecido por su alta calidad y lo novedoso de su formato.

Y es que todos recordaremos grandes comedias familiares que marcaron nuestros madrugones y mañanas por casa mientras desayunábamos o buscábamos simple y llanamente entretenimiento. La eterna herencia de Los Simpsons, la más controvertida y transgresora Padre de Familia, la noventera El Príncipe de Bel-Air, la entrañable Malcolm (en la que descubrimos a Heinsenberg), la setentera Aquellos Maravillosos 70, la peculiar Dos Hombres y Medio, la singular Alf, la animada Dinosaurios, las innovadoras e integradoras El show de Bill Cosby o Cosas de Casa y aquellos Padres Forzosos  que ya por aquel entonces destacaban el eminente protagonismo de las familias monoparentales. Un largo y nostálgico recorrido por algunas de esas series que tienen un denominador común: la familia, siendo Modern Family la ficción que más clichés aglutina sin caer indigesta, sino satisfaciendo a su público con probablemente la mejor sitcom familiar y más exhaustiva a pesar de ser ajena a ese aire vintage de las anteriormente mencionadas que siempre actúa como valor añadido.

Una de las grandes ventajas de Modern Family es la duración por episodio, apenas 20 minutos que desaparecen más rápido que el dinero de curso legal en manos de un político español. Probablemente este artículo no os anuncie una serie completamente nueva porque ya habréis oído hablar de Modern  Family e incluso muchos ya la habréis visto. Lo cierto es que es difícil hallar una comedia coherente, que refleje tantos estereotipos sociales y esté tan bien escrita e interpretada. El verano es la época idílica para comenzar a ver una serie y siguiendo el leitmotiv de “la risa os hará libres”, Modern Family es la llave que abrirá los grilletes de las comisuras de vuestros labios para que se curven en la mueca más bella. Totalmente recomendable.