Posee un guion exhaustivo, inteligente, con gran armonía, virando en los momentos justos para hacer hincapié en lo fundamental y emocional.
Puede que el metraje largo sea una de las cualidades del director Jia Zhang Ke, pero no por ello lleva implícito lo tedioso en el desarrollo de la exposición emocional que nos regala en Más allá de las montañas. Todo lo contrario nos empuja a deleitarnos con la historia con gran pureza narrativa. Va paso a paso, lentamente, con el sigilo del buen observador que regala secuencias visuales con un gran contenido, sin dejar indiferente.
Zhang y Liangzi con dos amigos de la infancia, ahora ya en 1999 ambos sueñan con casarse con Tao, una joven desenfada de Fenyang. Zhang tiene un futuro prometedor en los negocios y Liangzi posee un gran corazón. Ella les quiere a los dos, pero tiene que elegir y esa elección le dará a Dólar, su hijo.
Durante el desarrollo de 25 años de los tres protagonistas y su descendencia, veremos cómo es el desarrollo de sus vidas, cambiando de continente, siguiendo sueños, amores y frustraciones pero siempre anhelando tiempos pasados con la mente en el futuro.
El director planea y dirige sus armas de descripción hacia las vertientes distantes que se comprenden entre el amor y el materialismo, parándose a discernir en la mente de los protagonistas lo que se valora más en cada momento, y por supuesto también, quien siempre antepone uno de los dos aspectos en sí, sin medir las consecuencias
Más allá de las montañas posee un guion exhaustivo, inteligente y con gran armonía en todo momento, virando en los momentos justos para hacer hincapié en lo fundamental y emocional, pero llenos de pequeños detalles que se unen con la maestría de una gran batuta en dirección.
Otra característica, que ya poseía en la anterior película exhibida en nuestro país Un toque de violencia, es el cruce de personajes y de historias, aquí en esta película en cierta forma, aportan la estabilidad al contrario. Además hay influencias de la rama de la trayectoria documental que posee en su filmografía, pues se refleja mucho de su país y del fondo del mismo.
Todo el filme en sí, convence por lo compacto del trabajo, por las miradas de los actores, por el reflejo de la sociedad expuesta y plasmada con gran tacto pero sin tapujos en sus costumbres. Enfatiza en los respetos que hay y los que se pierden, tradiciones en sí, en el desasosiego de la ambición que muchos poseen.
Búsqueda en todo momento del realismo e interior de cada personaje, navegando entre personalidades dispares, pero que a la vez se complementan para encarar las distintas formas de ver y querer la vida. Jia Zhang Ke mete el dedo en la llaga, cuando pone contra la pared la verdad y la realidad, haciendo saltar el remordimiento interior pero sin hablarlo abiertamente, una batalla y duelo interior que describe la palabra error, pero remarcando sobre todo el ego y el orgullo. Todo esto lo consigue desnudando anímicamente a los protagonistas que al final son el reflejo de una sociedad.
La combinación de drama y realismo impuesto aquí se realza con la actuación de Zhao Tao, la protagonista principal que se funde con el resto de los personajes y que el eje central de la historia, en lo bueno y en lo malo, pero destacando su mirada compleja pero definitoria en trasmitir con todos sus gestos. Más allá de las montañas posee secuencias que nos pueden sacar de contexto, a priori, pero que dan sentido al personaje en sí.
Más allá de las montañas
Lo Mejor: Su inteligente guión
Lo Peor: Un metraje algo alargado