puntuación:
Un guion inteligente, divertido y a veces mordaz, que nos lleva con pausa a ir conociendo a cada uno de los protagonistas, con sus propias aristas, con sus miedos y sus anhelos. Cada uno de ellos tiene su propia fachada, su faceta de esconderse para sobrevivir.
Green Book es una cinta muy agradable de ver, de continuar y de recomendar. Como todas las películas tienes sus pros y sus contras, pero en este caso la parte positiva es superior.
El director Peter Farrelly sorprende cambiando, en parte, saliendo de la pura comedia y relatando unos hechos reales, hablando del racismo, del espíritu de superación y de la amistad en mayúsculas. Aunque la cinta contiene sus toques de humor, no es la parte más importante de la cinta, pero sí necesaria para compensar la dureza de la historia en sí.

Tony Lip es un italoamerciano del Bronx que sobrevive trabajando en casinos, bares y lo que le salga, pero nunca en nada supuestamente ilegal. Ahora tiene que encontrar otro trabajo mientras reforman el local donde estaba. Es contratado por el gran pianista negro Don Shirley para su gira por el Sur de Estados Unidos, no solo será su chófer si no su asistente, por lo que tendrá que estar pendiente de los alojamientos con El libro verde, la guía donde se encuentran los lugares donde su jefe se puede alojar. Dos desconocidos que viajarán para luchar contra el racismo y el clasismo social que imperaba en 1962.
130 minutos que para nada hacen que resulte pesado, todo lo contrario está tratado y llevado con un buen ritmo, dibujando a cada uno de los personajes en sus propios escenarios cotidianos y sacándoles a ese viaje exterior, que en realidad es un interior para cada uno de ellos.
Green Book no deja de ser una road movie en muchos sentidos, pero ante todo emocional, en torno a la búsqueda de la verdad de uno mismo y del interior de cada uno de los dos protagonistas principales.
Personalmente me he reconciliado con la parte actoral de Viggo Mortensen, que acompañado con su compañero de viaje en esta cinta, Mahershala Ali, realizan un duo estupendo, cada uno establece su roll correspondiente con soltura, dinamismo y emotividad adecuada, yendo aumentando en un caso a medida que avanza la cinta, y en otro sosegándose y buscando la cordialidad

Cuesta a estas alturas del partido, como lenguaje coloquial, admitir que tan solo con 57 años de distancia a fecha de hoy ocurriese esta historia, que nos puede sonar a la prehistoria. Sabemos que todavía nos queda mucho que aprender, en cuanto a tolerancia se refiere, pero aquí se plasma perfectamente el ver que sin conocer no se puede juzgar o prejuzgar.
Un guion inteligente, divertido y a veces mordaz, que nos lleva con pausa a ir conociendo a cada uno de los protagonistas, con sus propias aristas, con sus miedos y sus anhelos. Cada uno de ellos tiene su propia fachada, su faceta de esconderse para sobrevivir.