La prediposición en ciertos momentos a ver cierto tipo de películas es como el tiempo, es imprevisible, con la comedia me sucede esto, dependiendo de lo que me pida el cuerpo así decido si me trago o no la comedia de turno y esta de Jack Black (‘Escuela de rock’ su único trabajo destacable) hasta llegado el momento no era de mi devoción, no me arrepiento.
Jerry (Jack Black) es un joven que intenta sabotear la planta de electricidad donde vive, que según él le causa dolores de cabeza. El problema es que fruto de un accidente su cabeza queda magnetizada, causando la destrucción involuntaria de todas las películas VHS de la tienda de su amigo (Mos Def). Esto les llevara a rodar de manera casera algunos de los mejores éxitos cinematográficos de todos los tiempos.
Con un inicio irritante y una pareja de actores sin aparente feeling se vuelve delirantemente imaginativa con el rodaje de las cintas, firmando una declaración de amor al séptimo arte en todos sus poros. Pasado este inicio libre y divertido, es cuando ves llegar el descenso a la mediocridad y piensas que la caida es inevitable. Entonces lo insólito de la trama la vuelve conmovedora y la deja en el filo del abismo.
Las simpáticas caricaturas, aunque excesivas, son continuos homenajes a muchas de las grandes películas de todas las épocas. Lo malo es que para conseguirlo se sacrifican el guión y cualquier atisbo de credibilidad.
Su capacidad de entretenimiento, y ese toque despreocupado con que se trata la historia, fuera de convencionalismos, consigue el efecto deseado en el espectador que pasa de presenciar impasiblemente la historia, a sentir afecto por los personajes en un final que, sorprendentemente, deja buen sabor de boca.
Una buena película donde Gondry no está mal pero lejos de la inolvidable ‘Olvidate de mi’. Algo queda.
6,4 sobre 10.
Rafael Calderón Luna.