Con Ken Loach y su ‘Route irish’, que puso en el punto de mira las injusticias que se cometen en territorio iraquí a manos de los mercenarios que trabajan sobre el terreno y ‘Fair game’, del norteamericano Doug Liman, que explica la historia de Valerie Plame, la agente de la CIA cuya identidad desvelaron miembros del gobierno de Bush, la guerra de Irak invade el Festival de Cannes. La cinta de Liman es entretenida, y cumple en su misión de explicar las causas por las que la identidad de Plame se reveló en su día, pocos meses después de que empezara la guerra de Irak. Pero donde Loach consigue que sus personajes tengan enjundia, Liman fracasa aún con un reparto de lujo, con Sean Penn y Naomi Watts.
Por otro lado la italiana ‘La nostra vita’, del italiano Daniele Luchetti, ha sentado bien entre la prensa, que ya es mucho decir, a los que ha regalado una hora y media de tragicomedia con un cierto tono ligero muy de agradecer en las jornadas finales de un festival. Luchetti no deslumbra pero tampoco decepciona con el relato de un padre de familia al que la muerte de su mujer le deja, de repente, al cargo de tres hijos.
Fuente| Elpais
El festival se acerca inexorablemente a su final y la sensación entre los asistentes no esconde un cierto sabor a decepción. A la espera de las cintas de competición que quedan por proyectar, y en la que podría destacar ‘Hors la loi’, de Rachid Bouchareb, la sensación generalizada es que la calidad de las cintas exhibidas ha sido más bien floja. Una pena, sabiendo el nivel con el que Cannes suele contar cada año. Pero antes de adelantar acontecimientos toca esperar hasta el sábado, momento en el que se cerrara la competición a la espera del veredicto del jurado encabezado por Tim Burton.