Tras más de medio siglo en el mundo del cine, el director y guionista Luis García Berlanga fallecía la madrugada del viernes. El cineasta valenciano ha fallecido en Madrid a los 89 años como consecuencia, entre otras cosas, del Alzheimer que sufría. Para la posteridad quedarán sus obras maestras, ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’, ‘Plácido’ y ‘El Verdugo’. Numerosos premios atestiguan el importante legado que deja uno de los mejores cineastas del país. Berlanga recibió el Premio Nacional de Cinematografía (1980), la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1981) y el Príncipe de Asturias de las Artes (1986) en reconocimiento a su carrera y su análisis crítico de la sociedad española. Además, su película ‘Plácido’ estuvo nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1963.
Durante su carrera, García Berlanga tuvo que lidiar de forma continua con la censura del régimen franquista. Después de graduarse en el IIEC, comenzó a escribir junto a Juan Antonio Bardem el guión de su primer largometraje, ‘La huida’, que nunca llegó a rodarse debido a la oposición de los censores. Según explicó el cineasta varias décadas después, el guión de la película contaba la historia de un minero sin trabajo que cometía un robo y resultaba herido tras un encuentro con la Guardia Civil. En opinión de la censura, la Guardia Civil no fallaba nunca, por lo que instó a los directores a suspender el rodaje.
De esta forma, Berlanga y Bardem se vieron obligados a abandonar el trabajo y a rodar otra película, ‘Esa pareja feliz’, estrenada en 1953 y protagonizada por Fernando Fernán Gómez y Elvira Quintillá. La película fue desigual: ni todo lo buena que decía Bardem, ni todo lo mala que pensaba Berlanga. Lo que sí es cierto es que trataba de cosas más cercanas, naturales, divertidas, distintas a las que se filmaban por aquel entonces. Después del rodaje, marcado por las discrepancias entre ambos, García Berlanga y Bardem comenzaron a escribir el guión de ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’ (1953) junto al autor Miguel Mihura. Con el objetivo de agilizar el trabajo, García Berlanga se convirtió en el único realizador de la producción, cuya gestación, según dijo, fue lenta y agónica.
Con el distanciamiento que produce el paso del tiempo, no me queda más remedio que agradecer a aquellos productores su audacia por lanzarse al ruedo, por creer en mí, por considerarme capaz de conseguir un film que funcionara, que gustase a la gente o, al menos, al Ministerio de la Información.
‘¡Bienvenido Mister Marshall!’ superó la censura y obtuvo el Premio Internacional del Festival de Cannes de 1953 con Mención Especial al Guión. Según García Berlanga, este éxito, que quizá en un país normal hubiera significado el espaldarazo y la carta blanca, sólo sirvió para que su nombre se pudiera pronunciar sin sonrojo en la industria cinematográfica y para que se le aceptara como posible realizador en nuevos proyectos. A pesar de todo, el director valenciano filmó algunas de las mejores películas españolas del siglo XX, entre las que destacan ‘Calabuch’ (1956), ‘Los jueves, milagro’ (1957), ‘Plácido’ (1961), ‘El verdugo’ (1963) y la trilogía sobre los usos y costumbres del país ‘La escopeta nacional’ (1978), ‘Patrimonio nacional’ (1981) y ‘Nacional III’ (1982).
Durante su carrera, trabajó con los principales actores del cine español, entre los que se encuentran Fernando Fernán Gómez, Alfredo Landa, Agustín González, Manuel Alexandre y José Luis López Vázquez y guionistas de la talla de Rafael Azcona y José Luis Colina. Asimismo, se llevó diversos galardones a nivel nacional e internacional como el Goya al Mejor Director por ‘Todos a la cárcel’ (1993) y el Premio Fipresci en el ‘Festival de Venecia 1963’ por ‘El Verdugo’, además de varias nominaciones en el Festival de Cannes.
En el cine he querido contar lo que me ha salido. Lo que hay en mis películas es pesimismo, aunque he tenido la suerte de recubrirlo con un sainete cómico. Siempre he tenido la sensación de que no iba a tener nada positivo y he intentado crearme válvulas de escape. La principal es el erotismo, una de las pocas cosas que me asciende desde el nivel del barro y de la mierda de esta sociedad que me ha tocado.