The machine es un trabajo digno e interesante para amantes del cine de ciencia afición. Estructurado en 3 partes creación, aprendizaje y destrucción.
Obama en una visita oficial algún centro tecnológico de una empresa japonesa le presentaron un robot humanoide, cuando acabó la exposición dijo que le daba miedo, sus palabras no dejan de tener sentido. Caminamos tan deprisa que asusta.
Ya lo vimos en Her que abordaba con maestría la conciencia en las máquinas en un futuro que no se le supone tan lejano en el tiempo. Esta película va más allá y habla sobre esa tecnología en las manos inapropiadas.
En pocos días se estrenará en cines The Machine un thriller independiente de ciencia ficción de bajo presupuesto que viene de la mano del director James W. Caradog.
La película nos traslada a un futuro sin especificar, ambientada en plena guerra fría entre Gran Bretaña y China, estos compiten para conseguir máquinas inteligentes y así hacerse con el control de sus intereses. Toby Stephens da vida al Doctor Vincent McCarthy que trabaja en un ambicioso y secreto proyecto armamentístico.
La razón principal que le mueve a este investigador a sacar adelante el proyecto no es crear armas destructivas que van en contra de sus convicciones éticas, si no el poder curar de una rara enfermedad a su hija. En este proyecto entra en juego Ava (Caity Lotz), una atractiva científica americana que es asesinada y Vincent utiliza su cuerpo para crear un androide al que llama The Machine. Otro ejemplo de la arrogancia humana.
Como se puede comprobar en la sinopsis no estamos ante nada novedoso, ya Mary Shelley escribió su universal obra sobre un científico que quería dar vida a un ser muerto y lo consigue de la mano del famoso Frankenstein, por lo tanto no es una película que pueda deslumbrar por un guión original y cautivador.
El metraje de The Machine está estructurado en tres partes muy bien diferenciadas mediante giros importantes de trama; creación, aprendizaje y destrucción, combinando muy bien los ingredientes de violencia, intriga, acción y una pequeña dosis de ternura. Se reitera la omnipresente temática sobre el bien y el mal con imágenes agresivas y decorados oscuros de arquitectura industrial.
Los personajes de Vincent y Ava trasmiten muy bien los dilemas éticos que quiere poner sobre la mesa el director, e invita a la reflexión sobre donde está el límite. Se vislumbran guiños a importantes películas del genero que el espectador podrá comprobar a medida que trascurre la acción. The machine es un trabajo digno e interesante para los amantes del cine de ciencia afición.
Una Crítica de cine de Antonio Arenas.
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