El cine sigue ganando adeptos aunque pierde espectadores en las salas. Se debe en parte a la popularidad que ha conseguido en los últimos años los sistemas de Home Cinema.
Mientras que la tecnología avanza y ofrece novedades, como el llamado video a demanda (VOD), las salas comerciales suben los precios y no innovan lo suficiente.
La primera ventaja que ofrece el cine en casa es la amplia variedad de servicios disponibles. La llegada del streaming nos permite acceder rápidamente a las películas (u otros contenidos) que más nos interesan. No necesitamos esperar horas o incluso días, dependiendo de nuestra conexión a Internet, para que una película se descargue.
Servicios como LoveFilm, Netflix, YouTube, Gracenote and iTunes consiguen que prácticamente todas las películas estén disponibles casi al instante en nuestro televisor, nuestro portátil, tablet o incluso en la videoconsola. El espectador elige cuándo lo ve, en qué dispositivo y sin salir de casa.
Y no solo avanza la tecnología, sino también el tiempo de distribución. Y es que las películas en DVD o en VOP cada vez están disponibles más pronto. Antes las salas comerciales contaban con esa ventaja, la de ser las primeras en proyectar las novedades. Ahora, el home cinema les pisa los talones…
Algo parecido ocurre a nivel visual. Si bien hace unos años era imposible competir con la calidad de una pantalla de cine, las opciones que ya están en el mercado no tienen nada que envidiarle a las de las salas profesionales. Podemos elegir desde simples televisores económicos pero de calidad, pasando por las llamadas TV inteligentes (smart tv), las especializadas en las proyecciones 3D y, por supuesto, las televisiones de alta definición con 4K, con una resolución horizontal cercana a los 4.000 píxeles.
Aunque otra opción, cada vez más asequible, es adquirir un proyector y una pantalla (ya sea fija o móvil). Sus características para disfrutar del cine son mejores que las de un televisor y es posible encontrar modelos de excelente calidad precio.
A nivel de audio, también podemos contar ya con un sonido de cine. No ha sido difícil conseguirlo pero a mediados de los 90, el DVD apareció prometiéndonos no solo una imagen de más calidad que el VHS y sus rivales, sino también un sonido similar al de las salas. Eso sí, para disfrutarlo teníamos que hacernos con un Home Cinema, un descodificador capaz de procesar el sonido digital del disco, en formato Dolby Digital 5.1 o DTS, y un equipo de cinco altavoces satélite y un subwoofer. Antes de tomar una decisión y decantarnos por unos altavoces concretos, conviene revisar las opciones que ofrecen tiendas online como Staples, donde es posible consultar precios y especificaciones. Y si quieres ir a por todo, lo tuyo son los sistemas 7.1 (de 7 altavoces).
Pero la tecnología no se detiene y ya están llegando al mercado las películas Dolby Atmos, en formato Blu-ray y a través de los servicios de streaming. Lo más interesante es que a los ingenieros de Dolby se les ha ocurrido diseñar para los nuevos Home Cinema cajas acústicas con altavoces no solo en la parte delantera, sino también en la superior. De esta manera, el sonido será totalmente envolvente, como en el cine pero con una ventaja añadida, podemos adaptar los altavoces a nuestra posición y al tamaño del salón, algo imposible en una sala comercial.
En definitiva, para contar con el equipo adecuado deben lograrse varias cosas: un diseño atractivo, un sonido envolvente e instalaciones que no resulten excesivamente complejas. Consiguiendo esto, ya no habrá excusas para no disfrutar del cine en casa sin perder calidad y con todas las comodidades.